Cerca de 700 fieles, se dieron cita en la celebración de la Jornada Mundial de los Enfermos y del 150 aniversario de la primera aparición de la Virgen de Lourdes.
Torreón, Coah.- En silla de ruedas, en muletas, bastón o simplemente apoyados del brazo de un familiar o amigo, se dieron cita en el Casino Leonístico cerca de 700 fieles católicos para celebrar el aniversario número 150 de la aparición de la Virgen de Lourdes, y para formar parte de la Jornada Mundial de los Enfermos.
El lugar lucía abarrotado. Cientos de fieles esperaban la celebración eucarística, la cual fue oficiada por el obispo José Guadalupe Galván Galindo. Con cantos y pláticas, los presentes, en su mayoría enfermos, olvidaban por un instante su estado de salud. Tal fue el caso de María de Jesús Favela, quien ha perdido gran parte de su vista a consecuencia de la diabetes que le aqueja desde hace ya más de 15 años.
Cuenta con 81 años de edad. Caminar es un gran reto para esta mujer, sin embargo, se hace ayudar de un familiar. Pese a su enfermedad y a su avanzada edad María llegó en punto de la celebración, “es que nos llena de emoción, se siente uno muy bien, confortada, pero lo más importante es que a uno se le olvida por un momento la enfermedad”.
Previo a la Eucaristía, el obispo Galván Galindo explicó “en este día, en el día de nuestra señora de Lourdes, se celebra la Jornada Mundial de los Enfermos, hoy (ayer) hace 150 años que se apareció la santísima virgen, y desde ese momento la virgen siempre ha manifestado su protección hacia los enfermos”. Así mismo, mencionó que fue un día dedicado a la oración y a la reflexión sobre los padecimientos de los enfermos.
A nivel Diocesano, desde hace 22 años, se celebra año con año el Día de la Virgen de Lourdes, patrona de los enfermos, celebración que en esta ocasión estuvo a cargo de la Unión de Enfermos Misioneros (UEM), que coordina el cura Víctor Manuel Gómez Hernández. La ceremonia de ayer fue dedicada al padre David Estala Silva, fundador de la UEM, quien falleciera a la edad de 69 años, en el 2007.
Durante la Jornada, algunos de los enfermos presentes recibieron el sacramento de la Unción -gracia especial para enfrentar las dificultades propias de una enfermedad grave o vejez-, mientras que otros se confesaban y algunos más oraban y cantaban.
En su mensaje, el obispo dijo: “nuestro Señor Jesucristo agradece que nosotros estamos cerca de los enfermos y a los enfermos, también se les pide que ofrezcan su enfermedad, para que unidos a los padecimientos de nuestro Señor Jesucristo, su enfermedad sirva para la salvación del mundo”.
