La corrección del tabique puede resolver problemas como la necesidad de respirar por la boca.
Poco conocidas por su nombre técnico, la septoplastía y la turbinectomía son dos intervenciones que pueden dar un respiro a muchos.
Se trata de intervenciones de la nariz que buscan mejorar su funcionalidad cuando el paciente tiene una obstrucción que dificulta en forma importante el paso del aire a las vías respiratorias.
Cerca de 20% de la población tiene el tabique desviado, y de ellos, uno de cada cinco manifiesta una dificultad tan importante que le ocasiona una dificultad respiratoria por causa mecánica.
Son personas que llegan a consulta porque respiran mal, se les seca la garganta, tienen que respirar por la boca o al hacer deporte se cansan mucho.
Enderezar el tabique
La septoplastía se practica cuando el tabique está desviado, ya sea por un traumatismo o por una malformación congénita (como el paladar fisurado), provocando dificultades para respirar.
Ésta busca corregir o poner recto el tabique óseo o cartilaginoso, que divide a ambas fosas nasales.
Esta intervención se realiza sólo en casos en que la desviación afecta de forma importante al paciente.
Entre los síntomas, éste puede presentar cefaleas, sinusitis, enfermedades del oído, apneas en el sueño, problemas pulmonares y cardíacos.
Antes se creía que esta intervención debía hacerse después de los 18 años, pero hoy se practica sin problemas a niños desde los 10 o 12 años.
La corrección del tabique puede resolver problemas como la necesidad de respirar por la boca, sobre todo durante el sueño. También pueden beneficiarse algunos roncadores.
Pero hay casos en que el tabique está en la línea media y la nariz externamente aparenta estar normal.
Pese a ello, la persona siente que ésta se obstruye. En estos casos, el problema puede estar en los cornetes. Éstos son estructuras de hueso esponjoso recubiertas de mucosa cuya función es humectar, calentar y limpiar el aire antes de que pase hacia la tráquea.
Reducción de cornetes
Las rinitis alérgicas que no son tratadas pueden ir inflamando los cornetes, especialmente el inferior, lo que puede llegar a obstruir el paso del aire. Si el tratamiento con corticoides y otros fármacos no mejora el problema, se puede recurrir a la turbinectomía.
En este caso se reduce el tamaño de los cornetes con radiofrecuencia, cauterización eléctrica o láser.
Debido a que la dificultad para respirar puede involucrar más que sólo el tabique o los cornetes, es importante que el otorrinolaringólogo haga una evaluación de toda la pirámide nasal.
Una intervención puede involucrar no sólo los aspectos funcionales, sino también la estética de la nariz.
Como la forma y la función de la nariz van unidas, recomendamos que sea siempre un otorrino el que corrija ambas áreas, pues al ser experto en nariz él maneja tanto lo funcional como lo estético.
Respiración bucal
Se estima que 15% de los niños entre 3 y 6 años son respiradores bucales. La desviación del tabique nasal puede ser una causa, pero también es necesario descartar una hipertrofia de adenoides que cause una obstrucción, una hipertrofia de amígdalas que dificulte la respiración o problemas alérgicos.
Entre los síntomas que se evalúan está la rinorrea acuosa, mala respiración durante todo el año y ronquidos o resfríos persistentes.