La atleta mexicana Perla Bustamante no se conformó sólo con llevarse la presea de oro en los 100 metros, categoría T42, en los Juegos Paralímpicos Beijing 2008, sino que además lo hizo con nuevo récord del mundo.
La velocista mexicana Perla Bustamante consiguió hoy el sexto oro para México en los Juegos Paralímpicos al imponerse en la final de los 100 metros en la categoría T42 con un tiempo de 16.32, inscribiendo un nuevo récord mundial de la distancia.
"Salió bien. Salí excelente, enfocada en lo que tenía que hacer que era estar adelante", dijo al término de la prueba Bustamante, que no dudó en señalar cuánto la "reconforta" esta medalla: "No tengo palabras para decir lo que está pasando", señaló.
La atleta de Chihuahua logró, a sus 34 años, arrebatarle la plusmarca de la distancia a la holandesa Annette Roozen, que la había situado en 16.40 el pasado primero de junio corriendo en casa, en la localidad de Emmeloord.
Precisamente Roozen acabó en segunda posición la carrera, que se disputó prácticamente con total ausencia de viento (-0.1 m/s) y tuvo que exprimirse a fondo para no perder la plata ya que la tercera clasificada, la australiana Christine Wolf cruzó la meta en 17.49.
"La holandesa me había ganado tantas veces que tenía claro que no quería verle la espalda", dijo de su máxima rival. "Tenía la ventaja de la salida, que es buena, y en los 50 era sólo apretar y sólo pensaba en seguir corriendo y seguir corriendo", confesó.
Los tiempos de clasificación le otorgaron a Bustamante la posibilidad de disputar la carrera, reservada a atletas con amputaciones únicas por encima de la rodilla, desde la calle 4, la mejor de las posiciones para vigilar a las rivales, algo que en cierta medida no necesitó la de Ciudad Juárez, dada la superioridad que demostró a lo largo de toda la prueba.
"Hice mi carrera, me olvidé de los 90,000 personas en el estadio", explicó. "Es un sueño que se ha hecho realidad porque es lo que más deseaba en el mundo, correr en un escenario lleno y tan importante".
Con la medalla de Bustamante, que utiliza a su hijo de liebre y que también compitió en salto de longitud y lanzamiento de peso, México tiene ya una docena de metales que le sitúan el decimoséptimo puesto del medallero.