La obsesión por comer sanamente ha derivado en un nuevo desorden alimenticio conocido ya como ortorexia, el que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta al 28 por ciento de la población mundial.
Los trastornos alimenticios son enfermedades crónicas que modifican la conducta debido a una distorsión de la imagen corporal. Tan sólo en 2007, en el país, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) brindó 46 mil 915 consultas en Unidades de Medicina Familiar y tres mil 845 más en Urgencias, relacionadas con estos padecimientos.
La ortorexia consiste en comer sanamente por medio de un control riguroso en las dietas, lo que deriva en una obsesión que llevada al extremo pone en riesgo al organismo, informó el IMSS.
La doctora Martha Solís Martínez, explicó que a diferencia de la anorexia y bulimia, en las que se contabiliza la cantidad de alimentos consumidos, quienes sufren de ortorexia se empeñan porque éstos sean naturales y libres de pesticidas.
Señaló que la principal consecuencia es la desnutrición y por lo tanto las descompensaciones por la falta de proteínas, vitaminas y minerales que las personas eliminan de sus dietas; al igual que las grasas, productos animales, los cultivados con sustancias artificiales y los etiquetados o envasados.
Las mujeres mayores de 40 años de edad son quienes más presentan este mal; ya que se empeñan por tener una nutrición adecuada sin necesidad de recurrir a productos “light”, y no acuden a la supervisión de un especialista.
La dietista Solís Martínez destacó que lo más preocupante es que, como en la mayoría de los desórdenes alimenticios, pasa mucho tiempo e incluso años para que la familia se dé cuenta de que uno de sus integrantes está afectado.
Por su parte, el doctor Guillermo López Castellanos indicó que esta situación se presenta porque tienen una percepción equivocada de su personalidad, sólo creen lo que sus ojos ven y rechazan cualquier opinión que se haga al respecto de su físico o forma de comer.
Mencionó que en el IMSS se ofrecen tratamientos para mejorar la autoestima a través de psicoterapia para cambiar la forma en que se ven a sí mismas y retomar valores como la tolerancia y la aceptación.
Agregó que aunado a esto, se brinda la atención de un dietista, quien ayuda a establecer una alimentación acorde a las necesidades nutricionales, cuidando siempre que el apoyo psicológico le facilite la aceptación de la dieta.
El doctor López Castellanos alertó que pueden pasar entre 6 y 12 años para la recuperación completa del paciente.
