ETERNIDAD
La materia nos crece
la carne entorpece
se ve una luz refulgente
al final de nuestras vidas
que como imán atrayente
lo queremos alcanzar.
Que con los brazos abiertos
nos esperan en la nada
del horizonte infinito
no queremos regresar.
Allá a donde iremos
al final de la espera
mucho equipaje llevaremos
porque jamás volveremos.
Con la balanza cargada
de fe, esperanza y caridad
hay muchos Santos que dicen
qué bonita eternidad.
Del libro:
En el Alarido de lo Inmarcesible.