Eres el héroe con sombra
de quien por siempre dependo
de quien no olvido detalles
aunque tu figura duerma.
Eres mi sombra provecta
de quien nunca, nada olvido.
Aprendí bien la lección
que enseñaste con tu ejemplo
tu imagen en mí proyectas
aunque ya no estés presente
que es un regalo, al ausente,
el no olvidarte jamás.
Pues aunque en el cielo estés
quisiera aquí tu presencia
pues siempre lloro la ausencia
del incondicional amigo
que por platicar conmigo
olvidó decirme cómo
podría vivir yo sin él.
Del libro:
En el Alarido de lo Inmarcesible.