TERMINANDO
Cuando dos se pertenecen tantos años,
la armonía sincronizada existe
y no pensamos que la muerte causa daños
cuando la existencia humana ya viviste.
Cuando, a la meta sentimos que llegamos
sufrimos por los sueños de años y años;
no importa que llorando un día llegamos,
importa que aún llorando juntos vamos,
en un notado esfuerzo estéril.
Se crece el alma, el corazón, la llama,
y al razonar mi mente,
el subconsciente clama “un porqué”
y en mi inquietud, pregunto
lo glorioso que sería ir alcanzando...
el mundo espiritual con el aliento junto.
Del libro:
En el Alarido de lo Inmarcesible.