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Pa’ los toros del jaral…

EL COMENTARIO DE HOY

Francisco Amparán

Dicen que es de humanos equivocarse y de sabios corregir. Por ello hay que aplaudir cuando alguien reconoce sus errores, y actúa en consecuencia.

Hace unos días, en el programa de entrevistas de Carmen Aristegui que se transmite por la cadena CNN en español, la periodista de ojos zarcos conversó con un viejo conocido del escenario latinoamericano, el sacerdote, poeta y político nicaragüense Ernesto Cardenal.

A Cardenal lo recordamos como uno de los voceros más elocuentes y conocidos del Frente Sandinista de Liberación Nacional; y al mismo tiempo, como uno de los principales promotores de la corriente que dentro del catolicismo latinoamericano se dio en llamar la “teología de la liberación”.

De hecho, Cardenal recibió una insólita y enérgica regañada pública por parte de Juan Pablo II cuando el Papa Viajero visitó Nicaragua. El polaco le reprochó andarse metiendo en rollos comunistoides y proclamando doctrinas que nada tenían que ver con las enseñanzas de Roma. Además, le lanzó un ultimátum: tenía que dejar sus puestos públicos, dado que según Juan Pablo un buen sacerdote no debía servir a Gobierno alguno. Cabe hacer notar que Cardenal fue Ministro de Cultura durante el primer Gobierno sandinista, encabezado por Daniel Ortega.

Así pues, Cardenal sabe estar en el ojo del huracán. Y ahora se presenta, ni más ni menos, como perseguido político ¡de Daniel Ortega! Palabras más, palabras menos, así se describió ante Aristegui.

Cardenal y Ortega tienen diferencias desde hace ya mucho tiempo. Pero luego de que Ortega regresara a la Presidencia de Nicaragua el año pasado (lo que indica que allá la caballada está peor de flaca que acá), Cardenal afinó la puntería y afiló las críticas contra su antiguo camarada. Y es que si Daniel Ortega perdió la Presidencia en 1990 en medio de numerosos escándalos de corrupción (lo que por allá se pasó a llamar “La piñata”: una rebatinga de riquezas por parte de los exguerrilleros), ahora que regresó aprovechando la corta memoria de sus paisanos se ha estado dando vuelo. En Nicaragua es vox pópuli su manejo inescrupuloso del presupuesto, la manera en que pone en bretes innecesarios al país, y su nada disimulada tendencia al autoritarismo. Todo ello, denunciado prestamente por Cardenal.

Ortega respondió con una persecución judicial en contra del poeta que ha sido denunciada a nivel internacional. De esa manera pretende silenciar a una voz con gran autoridad, y con mucha mayor credibilidad que la del tiranuelo tropical. Que por algo lo odia tanto: pa’ los toros del jaral, los caballos de allá mesmo.

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