Buena parte del año, la paso hablando o escribiendo de política en diferentes medios impresos y electrónicos. Sin embargo, estos días ameritan cambiar de tema, así que comentaré temas más gratos, más cálidos y no por eso, menos importantes. Próximamente estará circulando el libro titulado: “Palabra de mujer. La experiencia de 100 laguneras” de Marcela Pámanes González. He tenido el privilegio de conocer previamente las páginas del libro, y más aún, la construcción, la obra negra del mismo.
La idea se desprende del la sección radiofónica Palabra de Mujer, misma que es transmitida los viernes por la mañana en el programa Contextos, del Grupo Radio Estéreo Mayrán (Grem). La sección está destina a entrevistar mujeres, en su mayoría laguneras.
En un principio presencié muchas de las entrevistas que Marcela Pámanes hacía a mujeres de diversos ámbitos, profesiones, intereses, experiencias. Un día era la empresaria, otro la política, luego el ama de casa, la artista, la académica, pero al final, todas las entrevistadas, palpaban en su propia voz, la historia de vida de cada una de ellas. Si bien, no se pretendía abarcarlo todo, en algún momento que Marcela llevaba el diálogo, aparecía una frase reveladora, profunda, clara, o simplemente conmovedora que nos permitía a los radioescuchas asir el sentido, el carácter de la entrevistada; pero al mismo tiempo reflejarnos, reconocernos en las palabras del otro.
Con Palabra de Mujer, su autora nos plantea: ¿Cómo han hecho las mujeres para sortear sus múltiples facetas? ¿Cómo para encontrar el sentido de su vida? ¿Cómo para administrar su tiempo? ¿Cómo para tener éxito?
A través de 100 entrevistas -de más de 300-, Marcela Pámanes nos propone una lectura actualizada de la mujer lagunera en el siglo XXI. La estructura del libro fue dispuesta en cinco grandes ámbitos que engloban las siguientes actividades: empresas y profesiones; educación; cultura; política y servicio en asociaciones civiles.
Vale reproducir las propias palabras de la autora sobre el sentido del libro: “Y cada viernes hemos conocido historias de vida: la madre que trabaja y siente culpa al dejar el nido, la madre que lloró y llora la muerte de un hijo, la mujer que se sobrepone al cáncer y lucha todos los días, la artista que plasma sus emociones en el lienzo o en el violín, la maestra que sabe de su responsabilidad y la asume, la esposa del político que guarda una sana distancia para no confundirse”.
Hay un gran mérito en esta publicación, mantener el puente entre la palabra oral y la palabra escrita, y ese es uno de los valores que permite extender el diálogo iniciado en Palabra de Mujer, es decir, el texto logra resignificar las palabra, dándoles otra dimensión.
Considero que Torreón, La Laguna, ganan con este libro, no sólo porque es ya un testimonio de nuestro tiempo, sino también porque nos permite vernos a nosotros mismos en nuestro entorno. Y justamente este es uno de los valores que les permitirá a los historiadores en el futuro, pero también a los académicos y los estudiosos de las sociedades, conocer una cierta de mirada de nuestro tiempo, una particular visión de las mujeres.
No puedo dejar de mencionar un par de aspectos más: la adaptación y transcripción que hizo el ingeniero Juan Manuel González Cerda de las entrevistas, lo cual no fue sencillo ni fácil, gracias a su trabajo las palabras pueden ser vistas. Por otra parte, destacar el apoyo decidido de Grem y su director general, el contador público Luis de la Rosa Córdova por impulsar el proyecto y creer en el libro.
Así que en lo personal, celebro y doy la bienvenida a la primera obra de mi compañera Marcela Pámanes, pero al mismo tiempo le agradezco la confianza por permitirme ser casi el primer lector de este libro. ¡En horabuena y felicidades Marcela!
Felices diputados
México es un país donde existen ciudadanos de primera, segunda, tercera y hasta quinta clase. Esto es lo que reafirman en la práctica los principales representantes populares, aquellos que tienen la reputación más negativa de la opinión pública: los diputados. Mientras la base de contribuyentes tenemos que pagar los impuestos, esta clase privilegiada que vive del poder y el fuero, se receta a sí misma la reintegración de 38 mil pesos, por concepto de ISR al aguinaldo. Bajo el concepto de “subvenciones legislativas” los diputados terminarán sin pagar impuestos, como parte del fomento a la desigualdad que proviene de las instituciones. La Secretaría de Hacienda calla, so pretexto de la autonomía, y César Duarte, presidente de la Mesa Directiva en la Cámara, apela a la “costumbre” para justificar lo injustificable. No me queda la menor duda, de que estamos gobernados por una kakistocracia, es decir, el Gobierno de los peores.
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