“Cinco secretos altamente eficaces para nuestra vida”
¿Existen algunos secretos que nos revelen cómo ser altamente eficaces en nuestros trabajos, y a la vez, ser más sanos físicamente y vivir más años?
¡Por supuesto que existen, y los vamos a revelar!
En el año de 1992 el norteamericano STEPHEN R. COVEY, emprendió una investigación, y a su vez, LEONARD SAGAN quien publicó su estudio en Alemania, emprendió otra investigación independiente de la anterior y sendas investigaciones, sorprendentemente, fueron muy parecidas, COVEY, ha vendido millones de ejemplares, “Los 7 hábitos de las personas altamente eficaces”. Pues bien, los estudios de ambos investigadores encontraron los siguientes factores en las personas eficaces, sanas y longevas.
Coincidentemente, la Logoterapia, que es toda una nueva escuela de psicoterapia creada por VÍKTOR FRANKL desde hace decenios, se ha referido también a los “hábitos saludables”.
El primer factor saludable consiste en que tomemos decisiones bajo nuestra personal responsabilidad, sintiendo que las cosas dependen de nosotros mismos; es decir, experimentar que en muchos sentidos tenemos el “control” de lo que hacemos y de sus consecuencias. Además, en este primer hábito, resulta indispensable tener plena conciencia de que en cualquier momento podemos hacer cambios a fin de mejorar o de aceptar cualquier situación. Como podemos observar, este primer hábito saludable pertenece a nuestra esfera estrictamente personal.
El segundo hábito saludable nos exige que pensemos en el bien de los demás; en exigirnos actuar con eficacia, pero con la finalidad de mejorar a otros. Al servir a los demás, aumentamos nuestro propio respeto. Ya el mundialmente famoso médico canadiense HANS SEYLE, uno de los más grandes expertos en materia de estrés físico y emocional, nos aconsejaba reiteradamente en la esencial necesidad de actuar con egoaltruismo; es decir, que nuestro ego lo condujéramos al servicio del mayor número de personas. Para SEYLE, toda persona que actuara desde una dimensión exclusivamente egoísta, tenía más probabilidades de vivir con serios problemas emocionales y físicos y que seguramente, viviría una menor cantidad de años.
El tercer hábito saludable consiste en actuar proactivamente. Esto significa, que nuestras más importantes acciones deben darse no como consecuencia de lo sucedido, es decir, de manera reactiva. Actuar proactivamente nos exige adelantarnos a lo que sabemos que traerá consecuencias dañinas, de no actuar con anticipación. La orientación proactiva nos pide que actuemos orientados al futuro, siguiendo siempre los dictados de nuestra conciencia. Además, debemos tener presente nuestras metas en el punto de mira, avanzando poco a poco, con serenidad y con una absoluta convicción de que esas metas son las que realmente queremos.
El cuarto hábito saludable estriba en alimentar la confianza en nosotros mismos, en establecer relaciones cordiales y duraderas con las personas. Este consejo lo dio el psiquiatra alemán RATTNER, quien afirma que es imposible que podamos gozar de una sana salud emocional si carecemos de relaciones genuinas y cordiales con los demás. Este cuarto hábito saludable nos pide que no nos resistamos a los días solitarios difíciles por los que pasamos (como todo el mundo pasa); dejar que esos días negros transcurran sin que nos perdamos en cuestionamientos hacia nosotros mismos. Ya la sabiduría popular lo había expresado: “Después de la tormenta viene la calma”.
Finalmente, el quinto hábito saludable se refiere a la necesidad de que ampliemos el horizonte de nuestras vidas; esta ampliación de nuestro horizonte consistirá en una búsqueda tanto racional como mística. Lo místico hace referencia a lo espiritual, al mundo de los valores y de nuestra sensibilidad moral. Este quinto hábito pretende que nos mantengamos muy vivos en los espiritual, en lo emocional y en lo físico.
CRITILO nos sugiere que incorporemos para toda nuestra vida estos cinco “hábitos saludables”; que hagamos de ello uno de los mapas más importantes para la orientación de nuestra vida. Critilo nos dice que en el campo del crecimiento personal, de nuestra eficacia, y de nuestra salud, de nada nos sirve la sola información. Nos resulta indispensables tres cuestiones fundamentales: primera, terminar con nuestras conductas dañinas; segunda, no continuar con omisiones que deben ser suplantadas con conductas eficaces en todos los campos de nuestra existencia; y tercera, que combatamos todos los días, nuestros pensamientos irracionales, catastróficos, exagerados e irreales, y que los sustituyamos por pensamientos racionales y eficaces.
