Las personas ‘light’
Hay épocas en la historia de la humanidad que producen seres humanos muy distintos a hombres de otras épocas. Hoy en día, las sociedades de Occidente han creado un hombre que jamás había existido en la historia: el hombre “light”, y por supuesto, también, la mujer “light”.
Nadie podrá negar que el siglo XX ha sido el más apasionante de la historia: en todos los terrenos de la ciencia se han alcanzado avances jamás imaginados. En la política los éxitos han sido espectaculares: se ha vencido en casi todo el mundo, a los regímenes comunistas, fascistas, nazistas, y a las grandes dictaduras. Y en su lugar, han progresado, como nunca, las democracias, la defensa de los derechos humanos, y las libertades civiles y políticas.
A pesar de todos estos avances, no se ha podido combatir la pobreza que martiriza diariamente a dos mil seiscientos millones de personas de los seis mil seiscientos millones que viven en nuestro planeta. No se ha podido impedir que mueran cada día cincuenta mil niños por desnutrición y enfermedades.
Pero ha surgido un ser humano muy diferente al que existió en la Antigua Grecia, que se distinguía por su independencia de criterio, su inmenso amor a la patria, su profunda solidaridad con las demás personas, su afán por la verdad. El hombre de hoy en día es muy diferente al hombre del Renacimiento, amante de las bellas artes, del pensamiento libre y de los lazos solidarios profundísimos.
Nuestro actual hombre y mujer “light”, son el resultado de una sociedad egocéntrica y narcisista, profundamente individualista, enemiga de la solidaridad; hombres y mujeres “light” que enmarcan su vida en lo frívolo, lo ligero, lo superficial, lo que les reporte una utilidad inmediata. Un hombre que baila al compás de la publicidad, del consumismo, y de todo aquello que esté alejado del compromiso, de lo duradero y de lo estable. Nuestro hombre “light” es proclive al matrimonio “light”, o mejor, a las uniones libres “light”, y que no lo comprometen.
La persona “light” de nuestra época ya no es una persona interesada en los grandes temas de la vida, como sí lo fueron los seres humanos de hace dos mil o más años, o los seres de los siglos XVII y XVIII. Nuestro hombre actual, ante su carencia de solidez, es un hombre proclive a la “curiosidad”, lo que implica chismorreo, frivolidad y liviandad. El Romano PLAUTO escribió: “No hay hombre curioso que no sea de condición malévola” y SAN AGUSTÍN, en su genial obra, “Confesiones”, expresó: “Esta enfermedad de la curiosidad“ Estamos invadidos por productos “light”: cervezas, refrescos, postres, comidas, etcétera. Y por una información “light”, el Internet nos puede informar de millones de cosas, pero es absolutamente incapaz de formar nuestra inteligencia y de educar nuestros sentimientos. El profesionista “light”, todos lo conocemos: bien informado en su campo, curioso por las novedades de su oficio, rápido en sus tareas, siempre al acecho de escalar en su posición económica y profesional, codicioso, envidioso, etc. Pero a la vez, un profesionista ligero en sus conocimientos, más informado de las novedades que sólidamente formado en su juicio y criterio.
Las mujeres y hombres “light”, son frívolos por sistema, incomprometidos, y con una voracidad insaciable por el dinero y el prestigio. Abandonados de sí mismos, sin tiempo para su cónyuge y sus hijos, amantes de los clubes sociales y de las organizaciones que les permitan relacionarse y captar clientes, aunque jamás se hagan amigos de nadie. Son adoradores de la “novedad”, y caen en lo que consideró SAN BERNARDO, cuando escribió: “La novedad es madre de la temeridad, hermana de la superstición e hija de la ligereza” y también SAN AGUSTÍN, condenó a la “novedad”, apetencia constante de la mujer y el hombre “light”; escribió SAN AGUSTÍN: “La apetencia de cosas nuevas guía al hombre a extremas angustias”.
La solidez es consistencia, peso, gravedad; lo “light” es ligereza, porosidad, inconsistencia, ingravidez, frivolidad. Hoy en día, se exige rapidez: si el pedido de su orden de comida no está entregada en treinta minutos, no se le cobra. Los divorcios cada vez son más rápidos y fáciles. Se adelgaza sólo en dos semanas, y se adquiere un cuerpo maravilloso usando el último aparato, haciendo ejercicio sólo por cinco minutos al día. Las arrugas de la cara y las bolsas de los párpados que pueden estar revelando la angustia de mucho tiempo, se le borran con la aplicación en quince minutos del nuevo “bottoms”, importado del Oriente, no importando que la angustia persista.
CRITLO nos dice, que nada detesta más la persona “light” que el compromiso, el esfuerzo, la formación de la inteligencia, lo duradero y estable, lo serio, etc. Por esto, las sociedades de Occidente se están destruyendo, pues carecen de cimientos y de rumbo, y como les gusta la ligereza, cualquier cambio de viento en las formas de pensar, extravían a estas sociedades, en donde las personas “light” cada vez están más confundidas, ansiosas, perdidas y angustiadas.