A lo largo de toda la semana los medios de comunicación revelaron con lujo de detalles los nombres de los aliados del Partido Acción Nacional y del mismo presidente Felipe Calderón, en su lucha por triunfar en las contiendas electorales del próximo año y sacar adelante las llamadas reformas estratégicas y, en estos momentos, la reforma a Pemex. De acuerdo a las revelaciones de los últimos días, los blanquiazules y el Gobierno están dispuestos a aliarse con “quien sea necesario” con tal de sacar adelante sus proyectos.
Por un lado, diversos medios, particularmente los impresos, difundieron entrevistas exclusivas y/o fragmentos del libro de próxima aparición del ex dirigente nacional panista, Manuel Espino, en el que (de acuerdo a la entrevista publicada en el diario Milenio) manda tres advertencias, dos al Gobierno de Calderón y una a sus correligionarios panistas. Al Gobierno le advierte “que se cuide de la “naturaleza” del senador priista Manlio Fabio Beltrones y que detenga la tendencia de convertir al PAN en un partido de Estado”; y a sus correligionarios, que no se sometan voluntariamente al Gobierno.
Por otro lado, el periódico El Universal, publicó una entrevista con el flamante secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del blanquiazul, Rogelio Carbajal, donde éste declara que su partido busca una alianza “con la maestra Elba Esther Gordillo y el Partido Nueva Alianza (Panal), en una estrategia electoral para 2009”.
Particularmente las advertencias de Espino carecerían de importancia y sustento, si la historia y las declaraciones de otros prominentes panistas no permitieran confirmar las prácticas y las alianzas. Sin embargo, la denuncia de Espino, en su libro Señal de Alerta, es relevante porque puede ser concatenada con las acciones gubernamentales y las declaraciones de prominentes panistas, es decir, la revisión histórica –que como bien apuntan varios de los periodistas que lo entrevistaron, tiene que iniciarse desde el sexenio foxista— evidencia las alianzas de los Gobiernos panistas con varios de estos actores políticos: Manlio Fabio Beltrones, Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps, entre otros.
En el caso de Romero Deschamps habría que regresar a la revisión contractual entre Pemex y el sindicato petrolero, en septiembre de 2002, cuando los líderes petroleros la vincularon con la solicitud de desafuero de Romero y de Ricardo Aldana, por desviar recursos de la empresa petrolera, por la vía del sindicato, a la campaña presidencial de Francisco Labastida en la elección presidencial de 2000. Tras días de gran tensión en los que creció la probabilidad de que el sindicato estallara la huelga, se logró un acuerdo básicamente a cambio de la inacción legal en contra de los líderes.
Después Pemex volvió a entregarle 1,724 millones de pesos al sindicato, amparado en cláusulas contractuales de dudosa legalidad, que incluso condujeron a que el 27 de julio del año pasado, la Secretaría de la Función Pública inhabilitara por 10 años y le aplicara una multa equivalente al monto del dinero entregado al sindicato al ex director de la paraestatal, Raúl Muñoz Leos y al ex abogado general Juan Carlos Soriano. Y para muestra de que la relación continúa, basta revisar que en la actual propuesta de reforma a Pemex, los privilegios de los líderes sindicales permanecen incólumes. La relación con Gordillo es más obvia e, igual que la de Romero Deschamps, nace en el Gobierno foxista.
Más difícil de demostrar es la relación privilegiada con Beltrones, sin embargo, hay dos hechos innegables: Calderón rindió protesta el primero de diciembre de 2006, en el salón de sesiones de San Lázaro, por el apoyo del priista; y Juan Camilo Mouriño despacha todavía en Gobernación porque Beltrones también lo protegió. Así en este caso, la relación no proviene del Gobierno anterior, sino que nace en éste y lo evidente son los favores de Beltrones al Gobierno y, por lo mismo, hay que tener cuidado con las advertencias de Espino.
En el caso de Gordillo la alianza permitió el triunfo electoral de Calderón, pues es evidente que el Panal le transfirió votos de sus simpatizantes en la elección presidencial y permitió la reforma al Sistema de Pensiones del IMSS; en el de Beltrones, la aprobación de las reformas al Sistema de Pensiones del ISSSTE y la fiscal; y, en el de Romero Deschamps todo parece indicar que la apuesta es que pueda contribuir a la reforma de Pemex.
Y como el año próximo se avecinan elecciones para renovar las gubernaturas en seis entidades (Campeche, Colima, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora) y en los últimos cuatro de la lista la contienda será muy cerrada y los votos que pueda sumar el Panal pueden ser los que finalmente decidan al ganador entre el PRI y el PAN, ambos se esmeran en lograr el respaldo de la maestra.
Así las advertencias del ex líder panista, Manuel Espino, sobre los peligrosos aliados de los panistas no parecen ser meras especulaciones y carecer de fundamentos, más bien al vincularlas con hechos y declaraciones de altos funcionarios del pasado sexenio y prominentes panistas se fortalecen. Y, lamentablemente sí conducen en el sentido que indica el ex dirigente panista: a reproducir desde el Gobierno los vicios del PRI; a ser tan pragmáticos que en aras de acrecentar el poder y lograr reformas (aunque éstas sean incompletas) se pase por encima de los principios del panismo; y a tirar por la borda esa “imprescindible relación entre la ética y la política”.
