Hace más de dos mil años ya existían los perros actores. Cuenta el escritor griego Plutarco de un perro llamado “Zoppico”, parecido a un perro de la raza “Poodle” que realizaba funciones para emperadores. El perro actor mordía un trozo de carne, lo mascaba, pero en seguida abría mucho los ojos, le sobrevenía una crisis nerviosa y respiraba fatigosamente hasta quedar rígido en el suelo, muerto por el veneno que supuestamente ingería y solamente los aplausos lo volvían a despertar moviendo ágilmente su cola festiva.
Quién no ha disfrutado de los perros del circo, de las gracias de nuestras mascotas, y también de los saltimbanquis de la calle que por unas monedas sus dueños los ponen actuar, en la mayoría de los casos artistas anónimos.
Con la tecnología de hoy, gran cantidad de perros han realizado un buen número de películas, aunque no dejan de ser mascotas muy inteligentes, no han logrado llenar el hueco que dejaron dos grandes ídolos caninos.
Han existido dos perros que se inmortalizaron por sus hazañas en el cine y en la televisión por su gran inteligencia y nobleza, dos verdaderos divos.
¡Lo ha adivinado!, me refiero al gran “Rin Tin Tin” y la extraordinaria “Lassie”.
Rin Tin Tin estuvo en la Primera Guerra Mundial de 1918 como portaórdenes y se trataba de un inteligentísimo Pastor Alemán; fue encontrado herido por un sargento estadounidense llamado Lee Duncan. Cuando la guerra terminó, se lo llevó a California. Desde las primeras lecciones comprendió que aquel “prisionero de guerra” tenía excepcionales dotes de aprendizaje, y en el transcurso de un año, el perro llegó a Hollywood, le gustaba que él mismo fuera quien firmara los contratos de cada film, imprimiendo en el papel las huellas de su pata derecha. Cuando en 1932 murió Rin Tin Tin, la agencia de noticias United Press difundió por los teletipos este mensaje: “El perro más célebre del mundo nos ha dejado para ir a la reserva de caza de los Campos Elíseos”. El viejo Rin Tin Tin fue sustituido por otras generaciones de pastores alemanes y hasta la fecha se siguen produciendo programas y films de la mascota más popular del mundo.
En 1941 aparece otro perro actor, una hembra de Pastor Escocés. Su nombre era “Pal” y el amo no la quería tener porque era un animal demasiado vivo para estar en su casa y decidió venderla en cinco dólares. El nuevo propietario acudió a la llamada de un anuncio para una prueba cinematográfica del film “cadena invisible”. La perra de cinco dólares fue elegida entre trescientos participantes al concurso: llegó a ser “Lassie”. El film tuvo un gran éxito y le siguieron otros. “Lassie” hizo una vida de gran diva, tenía apartamento, nota de honorarios de oro, contratos de siete horas de trabajo al día, semana corta y asignaciones familiares (para cuidados maternos). Además contaba con un doble en las escenas demasiado peligrosas durante las filmaciones.
A la muerte de “Lassie”, para no disgustar a los niños que la querían tanto, no se hizo pública la noticia, y se le sustituyó por la hija, que era igual a la madre. Y así continuó la tradición al igual que Rin Tin Tin de generación en generación, para que así, como disfrutaron nuestros abuelos hace más de ochenta años, sigan disfrutando los hijos de nuestros hijos de estas inmortales mascotas del cine mundial.
pequenas_especies@hotmail.com
