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Pequeñas especies / “UNA BRAVA CONTENDIENTE”

M.V.Z. Francisco Núñez González

Había sido un día de mucho trabajo en la clínica, coincidió que todas las pacientes eran hembras las que se encontraban hospitalizadas, “Tracy” una perrita “Baset Hound” de doce años, se encontraba con una deficiencia renal aguda, mientras “Pestaña” y “Pinkie” de la raza Poodle, presentaban un cuadro de gastroenteritis.

Pasaba de las ocho de la noche, hora del cierre de la clínica, pero debido a un paciente que habían llevado a última hora, gracias a él permanecíamos en la clínica mi asistente y yo cuando llevaron a “Mitzy”, una agradable perrita miniatura de la raza “York Shire” de tres años de edad, con menos de un kilogramo de peso. Había sido mordida por un perro “Dálmata” una raza mucho mayor que ella y noble de temperamento, desafortunadamente “Mitzy” una perrita con corazón de león, trataba de contender con cualquier raza de perro que se le presentara enfrente.

Los dueños se encontraban muy consternados por la salud de su pequeña “Yorcky”, al revisarla me di cuenta que era extremadamente grande la herida, que no se veía a simple vista por el exceso de pelo que tenía, presentaba el cincuenta por ciento de su cuerpo descubierto de piel, y parte del músculo bíceps braquial severamente lesionado, la herida se encontraba extendida de codo a codo pasando por toda la parte superior de la espalda, dejando descubierta gran parte del músculo serrato dorsal (cuello y espalda), afortunadamente la mayoría de la piel que se encontraba “levantada” se encontraba con buena circulación sanguínea y temperatura que podía suturarse aún.

Debido a lo extenso de la herida, el problema más grave que podía presentarse era el de una septicemia o una infección generalizada. La piel es el órgano más extenso que tenemos, tanto humanos como perros y al estar expuesto gran parte del cuerpo sin la piel, es un medio propicio para la entrada de bacterias al organismo, por lo tanto el riesgo de la infección es mayor (mortal), que el trauma de la misma mordedura.

Sin embargo hay colegas que jamás suturan piel a causa de mordeduras, lo cual ha sido motivo de controversia en nuestra asociación, estoy de acuerdo cuando son pequeñas lesiones y no existe algún órgano interno involucrado, pero en el presente caso si no suturamos la gran extensión de la herida, sería un error muy grave a mi gusto de ver, los cuidados y el reestablecimiento de los pacientes es quien se encarga de dar la razón.

Es muy importante los cuidados y la administración de medicamentos, podría decir que es lo primordial en estos casos, así que los dueños de los pacientes tienen un importante desempeño para la recuperación de sus mascotas.

Al día siguiente se dio de alta a “Mitzy”, una perrita de lo más dócil y cariñosa, su dueña al tenerla en sus brazos ya más reestablecida, platicaba que era muy pendenciera con los perros y extremadamente cariñosa con las personas y “se dejaba querer” mientras, ella atenta a nuestra conversación nos observaba, su pequeño moño en la parte superior de la cabeza le daba un aspecto angelical.

Al dar la indicación a su dueña del medicamento y sus curaciones, nos preguntó que si en toda esa rayita que cruza la espalda de lado a lado le iba a aplicar el desinfectante, al explicarle que toda esa “rayita” era la enorme sutura que había recibido la tierna “Mitzy”, fue tal la sorpresa de su dueña que le resultaba ¡difícil de creer!

pequenas_especies@hotmail.com

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