1.- El veterinario duerme. Puede parecer mentira pero el médico veterinario precisa dormir como cualquier otra persona. Sólo llame al celular o al teléfono de su casa, en caso real de emergencia, de lo contrario llame a su consultorio.
2.- El veterinario come. Parece increíble pero es verdad, su veterinario también necesita alimentarse y debe tener un horario para eso.
3.- El veterinario puede tener familia. Aunque no lo haya tomado en cuenta, también es una persona que necesita convivir con sus hijos y su esposa el fin de semana.
4.- El veterinario necesita dinero. Como cualquier ciudadano es indispensable, por lo regular el pago de sus honorarios se deja pendiente, como fue emergencia la enfermedad del “Boby” no venían preparados.
5.- El veterinario estudia. Estudiar también es su trabajo, el irse a congresos y permanecer varios días ausente de su consultorio no lo hace por placer, es para mejorar el servicio a sus pacientes y tiene un costo.
6.- El veterinario no es un vidente. No adivina, o tiene bola de cristal. Si el dueño del paciente pretende que adivine, faltaría a su ética profesional, su veterinario precisa planear y organizarse para elaborar un buen diagnóstico, tratamiento o cirugía.
7.- El veterinario deja de serlo en las reuniones. Tiene derecho a disfrutar de un momento social, no puede hacer un diagnóstico al perro del amigo del dueño de la fiesta que se enteró que es veterinario.
8.- El veterinario no da “ojeaditas rápidas”. Por ahorrarse la consulta, llevan a su perro enfermo para que el veterinario desde la ventana de su consultorio les dé una “miradita rápida” para que le diga, de qué está enfermo y qué medicamentos debe tomar.
9.- El veterinario tiene un horario. El hecho que cierre a determinada hora, y no pueda ver a su mascota es porque tiene compromisos que cumplir, el tiempo es valioso para todos.
10.- El veterinario no inventa enfermedades. Él no tiene acuerdos con los virus o las bacterias, no es culpa del veterinario que su perro presente una grave enfermedad por no vacunarlo.
11.- El veterinario también es un hijo de Dios y no es hijo de otra cosa. Cuando el paciente no responde al tratamiento a el paciente no resistió la cirugía, nos apartan del reino de Dios.
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