Doña Lupe, una de las comerciantes que año tras año levanta con maderos y lonas su puesto del mercado ambulante que se ubica sobre la Ildefonso Fuentes entre Juárez e Hidalgo, habla de un mes que apenas rayando en la mitad ya se prevé como regular en cuestión de ventas, “muchas personas se han quedado sin trabajo o temen perder su trabajo, por eso guardan el dinero y no lo gastan en regalos, sin embargo otros que no eran nuestros clientes, ya no compran en las tiendas y vienen en busca de artículos de menor costo, así que por un lado se pierden clientes, pero por otro llegan nuevos”.
Para quienes viven del comercio informal, dentro del que un lagunero de escasos recursos puede encontrar un juguete desde 50 pesos, unos tenis de 100 o un reloj de 150, es inevitable escapar a la enorme ola que ha producido una crisis que terminó mojando a todas las clases sociales, pero que de una u otra manera hace que las personas busquen alternativas de acuerdo a la situación, fenómeno que permite que la economía informal se balance entre perder y ganar clientes al mismo tiempo.
Los comerciantes del tradicional mercado se desconciertan, ya que para ellos los días en los que las empresas depositaban a sus trabajadores el aguinaldo, el ahorro o las prestaciones laborales de diciembre, la Ildefonso Fuentes se convertía en una calle por la que desfilaban sonrientes compradores que al igual llevaban a sus casas los arreglos navideños, que los productos necesarios para lucir un “nacimiento” o iluminar un pino, sin embargo esta situación cambió este año, como en el caso de Leopoldo, que ahora ofrece mercancía que antes no manejaba, pero que ahora se demanda más.
La situación general del comercio informal es más o menos parecida, los vendedores de las avenidas Juárez e Hidalgo, empezaron a registrar una disminución en sus ventas hasta por un 50 por ciento, en la mayoría de los casos optaron por ofrecer al consumidor un producto que supliera varias necesidades, por ejemplo comerciantes que antes se dedicaban a vender solamente juguetes, ahora ofrecen ropa o zapatos, “Lo que pasa es que muchas personas ya no le quieren comprar de regalo a sus hijos un carro de baterías o algo así, como antes, ahora prefieren regalarle ropa o zapatos, que tienen mejor uso, ya no hay para las dos cosas”, comentó la propietaria de un puesto de la Hidalgo y Cepeda.
La crisis económica de fin de año por una parte golpeó el bolsillo de muchos consumidores de clase baja, pero por otro lado ingresó en este mercado un sector de la sociedad que compraba en tiendas departamentales o con tarjetas de crédito, quienes prefieren ahora pagar de contado y ser clientes del comercio informal, que adquirir deudas y compromisos con tazas de interés altas a riesgo de una crisis que hasta ahora inicia.