Nueva York.- Nunca me ha gustado la estadística. Soy disléxico numérico. En las pruebas de estadística, en las de cálculo o, para qué tanta sofisticación, en la más simple álgebra, siempre cambiaba los números. Si en la calculadora me salía 523, yo escribía 532 y, si una constante cambia, todo cambia. Los conceptos estadísticos como la desviación estándar, la mediana, la probabilidad de error y el margen de error me provocan pesadillas. Sin embargo, con la premisa de que yo no hago metodología cuantitativa, el siguiente es un escenario de cómo podría explicarse una victoria de los republicanos.
Suena ridículo. Cuando sólo faltan 10 días para la elección, el último sondeo nacional de Gallup pone a Obama 10 puntos arriba de McCain y, aunque las encuestas nacionales explican poco en EU, esta tendencia difícilmente cambiará de ahora al 4 de noviembre. De igual forma, en la medición de CNN sobre el voto del Colegio Electoral, es decir la medida que hace esta cadena sobre cuál podría ser el resultado estado por estado, Obama lidera con 277 votos, mientras que McCain tiene 174 votos, y del total de 538 votos del Colegio Electoral, para CNN hay sólo 87 votos todavía en juego.
Dado que se necesitan 270 votos para ganar la Presidencia, los sondeos que ha realizado CNN, junto a Gallup, USA Today, American Research Group y otras encuestadoras, parecen predecir que Obama ganará la elección y que el mejor escenario posible hoy para McCain es ganar esos 174 votos electorales y ganar la totalidad de los 87 votos que siguen en juego. No obstante, aún así, McCain sólo llegaría a 261 votos y Obama se convertiría en presidente en enero de 2009.
Sin embargo, en estas mediciones hay varios factores a tomar en cuenta. En primer lugar, CNN divide a los 50 estados en cinco grupos. Los “estados seguros por Obama”, los “estados que tienden por Obama”, los “estados en juego”, los “estados seguros por McCain”, y los “estados que tienden por McCain.” Al revisar estas encuestas, de los estados que son “seguros por Obama”, es en Illinois donde éste le lleva la ventaja más amplia al republicano (26 puntos porcentuales), mientras que en Oregon es donde Obama tiene la más corta ventaja “segura” (11 puntos). Los estados que son “seguros por Obama” le dan 192 votos electorales; al tiempo que los que son “seguros por McCain” le dan 122 votos electorales al republicano.
La pesadilla estadística se encuentra en los tres grupos de estados que quedan, los dos que “tienden por cada candidato” y en el grupo de los “estados en juego”. Por poner algunos ejemplos, de los 9 estados “que tienden por Obama”, en New Hampshire el demócrata lleva una ventaja de sólo 7 puntos, pero hay un 7% del electorado que no se ha decidido y ¡la encuesta tiene un margen de error de +- 5%! Esto se repite en la mayoría de estos estados que “tienden” por el demócrata y se complica aún más en el estado de Washington, donde aunque las encuestas indican que Obama aventaja a McCain por 18 puntos, hay un 9% de votantes indecisos aún, al tiempo que hay ¡7 candidatos presidenciales más!, unos independientes y unos locales, incluida la ecologista afroamericana Cynthia McKinney. En total estos 9 estados que “tienden por Obama” le darían 85 votos electorales.
El último grupo, el de los “estados en juego”, son hoy sólo 7 y éstos otorgan 85 votos electorales. La razón por la que estos estados siguen catalogados como “too close to call” es porque la distancia entre los dos candidatos es de menos de 4 puntos porcentuales, con márgenes de error del 4% en promedio y con “desviaciones” como Florida, que tendrá 13 candidatos presidenciales en la boleta. Por último el otro factor a tomar en cuenta es el multicitado efecto Bradley, que no es otra cosa más que los votantes blancos que mienten a los encuestadores porque no quieren ser tachados de racistas, pero que el día de la elección votan por el candidato blanco.
Si la mañana del 5 de noviembre McCain, contra todos los pronósticos, resulta el ganador de la elección, las semanas siguientes a la elección las televisoras, los analistas y los periódicos tendrán que explicar cómo sobreestimaron esos estados “tendientes por Obama”, cómo realmente era una elección muy cerrada y cómo la pesadilla estadística se robó la elección.
Politólogo e Internacionalista
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