Paul Potts y su carisma fue capaz de superar todo, incluso problemas de audio. (El Universal)
Paul Potts y su carisma fue capaz de superar todo, incluso problemas de audio durante casi dos horas. Es el cantante inglés de ópera que cantó Ave María y saludó a México mientras un zumbido se colaba por una de las bocinas del Teatro Metropólitan.
Lo mismo ocurrió cada que hablaba con el público y decía en su poco español que “is incredible estar hir, en Mecsico (sic)”, o cuando interpretó Nella Fantasía, en la cual, de plano, se haría un vacío auditivo que molestaba el tímpano a más de uno.
Potts y su imagen de niño bueno, soportó los problemas técnicos durante la primera parte del espectáculo, mientras que el público comenzaba a desesperarse, a gritar que por favor arreglaran el sonido.
Los técnicos atrás de la consola luchaban para ello. Primero eran tres, luego lo doble, al final fueron casi 10 los que se vieron ahí.
Algunos no aguantaron. Se pararon de su lugar, en la fila F, a seis metros del escenario, y se fueron. eso que apenas Potts, ese joven que hace unos meses se ganaba la vida vendiendo celulares, iba en su cuarta canción.
“¡A ver si ya arreglan el sonido!”, clamaba una voz, mientras que otros, entre dientes y abrigados por la oscuridad, añadían que por favor el cantante no continuara por orgullo propio.
Luego lo que faltaba: entró a escena el trío Three Graces y a una de ella le falló el micrófono. Su compañera se acercó y optó por ponerle el suyo.
Luego de una hora de música y ruido, se otorgaron 25 minutos de intermedio. Tan pronto se prendieron las luces, algunos espectadores se dirigieron a la consola para exigir que se respetara al artista.
Una señora estuvo a punto de cachetear a un integrante del equipo técnico, quien se empeñaba en decir que no era su culpa. “¿Entonces de quién es?”, preguntó la afectada.
La respuesta oficial vendría minutos después por los organizadores: “Los micrófonos son propiedad del equipo de Potts y se dañaron durante el traslado de Canadá a México”.
Para la segunda parte el sonido mejoró. Potts se veía hasta más confiado. Cantaría Music of the Night, Cavatina y Love Story. Agradeció al público su paciencia y éste se levantó tres ocasiones para aplaudirle. Él aventó varias rosas para corresponder.