Los presidentes que pertenecen al Grupo de Río posan para la fotografía de familia hoy, 7 de marzo de 2008, en la inauguración de la XX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río que se lleva a cabo en Santo Domingo. (EFE)
Los presidentes de Colombia y Ecuador, Álvaro Uribe y Rafael Correa, se enfrascaron en una serie de acusaciones y descalificaciones en la XX Cumbre del Grupo de Río en donde el presidente Felipe Calderón, en su turno, convocó a dejar las acusaciones de lado.
Uribe y Ecuador se llamaron desde “mentiroso” hasta “cínico” y se acusaron de no decir la verdad, de violar las leyes, de solapar a la guerrilla y hasta se mofaron entre risas socarronas.
Los presidentes de Colombia y Ecuador dieron sus argumentos, presentaron documentos, fotografías y ofrecieron sus versiones de la incursión militar del ejército colombiano a territorio ecuatoriano.
Uribe aseguró que el bombardeo fue desde los aires de Colombia, pero las balas y bombas se dirigieron a territorio de Ecuador, por lo que se dijo dispuesto a ofrecer cuantas disculpas sean necesarias.
Sin embargo el presidente colombiano se defendió al asegurar que la soberanía de su nación también es violada cuando no se da garantía de seguridad de parte de otras naciones que cobijan a los guerrilleros e incluso, presentó documentos en donde acusa presuntos nexos de Gustavo Larrea, ministro de seguridad de Ecuador, con las FARC.
Por su parte, Correa, en su defensa, señaló que esas son mentiras.
Por un momento la cumbre estuvo a punto de hacer crisis cuando Correa se levantó de su lugar y salió del salón donde se reunían todos los mandatarios.
Según la canciller de su país había salido solo al baño. Uribe, quien hablaba en ese momento, rechazó seguir con sus acusaciones hasta el regreso de Correa, por lo que el presidente anfitrión y titular de la secretaría Pro-témpore, Leonel Fernández decretó un pequeño receso.
Al regreso de Correa, este le espetó a Uribe: “¡No soy tu hijo!”, al defenderse del señalamiento de que ocupara su lugar, por parte del presidente de Colombia para poder seguir su intervención.
Entró al quite el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, quien le dijo a Uribe: “Usted no decide quién está sentado y quien está de pie, ¿pues qué se ha creído?¡”, al tiempo que, parado junto a Correa, lo tocaba en el hombro para tranquilizarlo.
La sesión siguió con las discusiones y las descalificaciones.
El presidente de México, Felipe Calderón pidió sensatez, diálogo y cordura y propuso respaldar a la OEA en su resolución para investigar el caso y solicitó a todos dejar las acusaciones mutuas y descalificaciones porque advirtió que se producirían heridas que tal vez no se puedan sanar.
