El grupo de los 24 (G-24) pidió hoy al Fondo Monetario Internacional (FMI) el establecimiento de un “nuevo instrumento de financiamiento” ante la vulnerabilidad de los países en desarrollo por la expansión de la actual crisis financiera.
En un comunicado suscrito por los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G-24, se pide también el “sustancial incremento” del acceso a los recursos del FMI.
Este grupo de países fijó en el comunicado sus demandas ante la actual crisis financiera luego de reunirse en esta capital en el marco de la reunión de otoño del FMI y el Banco Mundial (BM).
Advirtieron que el nuevo instrumento de financiamiento debe quedar establecido antes de la próxima reunión conjunta de los dos organismos financieros internacionales que tendrá lugar en la primavera de 2009.
El documento, firmado por Jean-Claude Masangu Mulongo, gobernador del Banco Central del Congo, cita que sólo África necesita 25 mil millones de dólares.
De acuerdo al comunicado, los países en desarrollo están amenazados por la actual situación financiera, por el incremento de los precios de los alimentos y por el alza de los combustibles.
El G-24 representa los intereses políticos y financieros de países en desarrollo y está compuesto por Algeria, Argentina, Brasil, Colombia, Costa de Marfil, Egipto, Etiopía, Filipinas, Gabón, Ghana, Guatemala, India, Irán, Libano, y México.
Además Nigeria, Pakistán, Perú, República Democrática del Congo, Sudáfrica, Sri Lanka, Siria, Trinidad y Tobago, Venezuela y con carácter de observador China.
Tras subrayar que la actual inestabilidad financiera los puede contagiar, insistieron en la reforma a la arquitectura financiera internacional, de suerte que mejoren los instrumentos de asistencia a los países en desarrollo.
“El FMI tiene que jugar un importante papel en forjar una respuesta multilateral a la crisis financiera y en reformar al sistema financiero en el desenlace de la crisis”, subrayaron.
Demandaron al FMI que mejore su vigilancia de las políticas y los sistemas financieros de las economías avanzadas, así como la eliminación de los subsidios y barreras arancelarias que aplican los países desarrollados a los biocombustibles.
Precisaron que el incremento en la producción de biocombustibles por los países avanzados apoyado por subsidios y tarifas en importaciones y actividades especulativas, así como mayores costos de producción, ha disparado el precio de los alimentos.
Por otro lado, los ministros y gobernadores de bancos centrales dieron la bienvenida al “Nuevo Tratado en Política Alimentaria Global”, que establece rápido financiamiento por 1.2 mil millones de dólares.
