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Pide el Papa a jóvenes defender familias tradicionales

El Papa Benedicto XVI (centro) celebró ayer en Cagliari una misa en el santuario de la Virgen de Bonaria, patrona de la isla italiana de Cerdeña. El Pontífice pisó por primera vez la isla mediterránea. (EFE)

El Papa Benedicto XVI (centro) celebró ayer en Cagliari una misa en el santuario de la Virgen de Bonaria, patrona de la isla italiana de Cerdeña. El Pontífice pisó por primera vez la isla mediterránea. (EFE)

El Universal

Benedicto XVI denunció ayer la “plaga” del paro y la precariedad del trabajo en el mundo juvenil y pidió a los jóvenes que defiendan el valor de la familia tradicional frente a otras formas de uniones, “a las que se llama también familia y no lo son”.

El Papa hizo estas manifestaciones en Cagliari, ante varias decenas de miles jóvenes, en el último acto de su visita de diez horas a la capital de la isla italiana de Cerdeña, donde conmemoró el centenario de la proclamación de la Virgen de Bonaria como patrona de ese territorio insular.

Tras la misa multitudinaria de la mañana, a la que asistieron según las autoridades locales unas 150 mil personas, Benedicto XVI quiso reunirse expresamente con los jóvenes sardos, a los que pidió que defiendan el valor de la familia, de la formación intelectual y moral y de la fe.

Sobre la familia, el Obispo de Roma pidió que la cuiden como una “antigua y sagrada herencia” y, tras subrayar que la sociedad tradicional ayudaba a formar y proteger a las familias, hoy ya no es así.

“Hoy ya no es así. Domina una mentalidad diferente. Se admiten otras formas de convivencia y a veces se usa el término familia para uniones que en realidad familia no son” , afirmó el Papa.

El Pontífice animó a los jóvenes a prepararse para amar, “ya que el amor es además de sentimientos, responsabilidad, constancia y sentido del deber”.

Sobre la formación intelectual y moral, “indispensable para construir el futuro de la sociedad”, Benedicto XVI dijo que existe una “emergencia educativa”, que exige padres y formadores capaces de compartir “todo lo bueno y verdadero que han experimentado en primera persona”.

A este respecto, el Papa animó a los jóvenes a ser libres y a oponerse al nihilismo, afirmando que el hombre “puede superar el hambre, pero no puede vivir allí donde la verdad y la justicia están prohibidas”.

“El pan material no basta, no es suficiente para vivir de manera plena, es necesaria otra comida, de la que se tiene siempre hambre y de la que nutrirse para el crecimiento personal, de la familia y de la sociedad”, agregó el Papa, que identificó esa “comida” en la fe “sincera y profunda”.

Benedicto XVI aseguró que cuando se pierde el sentido de la presencia de Dios, “todo se comprime y se reduce a una sola dimensión, todo queda aplastado en el plano material”.

Sobre la situación de la juventud, el Papa Ratzinger denunció la “plaga” del paro y la precariedad del trabajo, que ponen en peligro, precisó, los proyectos de los jóvenes.

El Papa manifestó que el paro lleva a la emigración de los jóvenes, al abandono de la tierra donde nacieron, una situación que muchas veces comporta daños psicológicos y morales antes que sociales.

En medio de los constantes aplausos de los muchachos, el Papa denunció la sociedad actual “consumista”, “en la que el éxito y el beneficio se han convertido en los nuevos ídolos ante los que muchos se postran”.

“La posesión de bienes materiales y el aplauso de la gente han sustituido el trabajo de uno mismo para templar el espíritu y formar una personalidad auténtica. Se corre el riesgo de ser superficiales, de dedicar la vida a recorrer caminos en busca del éxito y satisfacciones que en sí mismas son precarias y falaces y aumentan la tendencia al individualismo”, denunció el Papa.

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Escrito en: Benedicto XVI

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