El Papa Benedicto XVI unge a unos peregrinos durante una misa para los enfermos en el templo de Lourdes en Francia. (EFE)
El Papa Benedicto XVI instó ayer a los peregrinos enfermos en el templo de Lourdes a aceptar la muerte “en la hora elegida por Dios”, al confirmar la oposición del Vaticano a la eutanasia.
En una misa al aire libre, Benedicto XVI ofreció el sacramento a los enfermos que hicieron la peregrinación, algunos sentados en sillas de ruedas o en camillas y muchos cubiertos con cobijas para protegerse del frío.
En su homilía, el Papa señaló que los enfermos deben encontrar “la gracia para aceptar, sin temor o amargura, el poder dejar este mundo en la hora elegida por Dios”.
La Iglesia Católica sostiene inflexiblemente que la vida debe continuar hasta su conclusión natural.
El mensaje tuvo una resonancia especial en Europa. Bélgica y Holanda han legalizado la eutanasia, y en Suiza se permite a médicos o asistentes preparar dosis mortales para los pacientes que lo soliciten, aunque los pacientes deben aplicárselas ellos mismos.
Francia permite a los pacientes negarse a tomar tratamientos indeseados, pero no ha autorizado la eutanasia. El debate en el país galo fue revivido en este año tras la muerte de una mujer que tenía un tumor que le devoró la cabeza y que le provocaba dolores constantes, hemorragias y dificultades para comer.
El Papa se despidió ayer de Francia con el deseo de regresar y concluyó las actividades de un viaje apostólico que superó todas las expectativas en ese país europeo.
