El cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México avaló las acciones del Gobierno Federal en materia de combate al narcotráfico y crimen organizado, aunque reconoció que el trabajo de fondo está en manos del sistema educativo en el que, resaltó, deben contribuir iglesias y medios de comunicación.
“Es necesario crear un clima de valores, un clima en el que estos fenómenos sean rechazados no sólo por el Gobierno, sino por la sociedad misma”, expresó en referencia al predominio de la violencia en el territorio nacional.
Norberto Rivera estuvo ayer en esta ciudad para celebrar una misa por el 50 y 25 aniversario de oficios de cuatro religiosas del Verbo Encarnado, la cual se realizó en las instalaciones de la capilla de Cristo Rey, evento al que sólo acudieron amigos y familiares, entre éstos el cardenal, quien es primo de una de las festejadas.
Renuente en principio a dar declaraciones, Rivera consideró que el Gobierno está haciendo lo correcto porque no se puede seguir creciendo con este fenómeno dentro de la comunidad, en medio de ejecuciones, secuestros y un temor y zozobra constantes, aunque señaló que la tarea no está únicamente en manos de esa figura, sino que se requiere la intervención de toda la sociedad.
Ante el señalamiento del propio presidente, Felipe Calderón, en el sentido de que la batalla apenas empieza, el cardenal Rivera dijo que los mexicanos sólo pueden apostar al hecho de que la situación vaya decreciendo, de que todos comprendan que la sociedad no puede caer en manos del crimen organizado y por lo tanto, el apoyo de la sociedad civil al Gobierno debe ser incondicional, en el que no se tomen en cuenta colores partidarios “sino en donde el principal ingrediente sea el amor a México y la convivencia pacífica”.
Ante la realidad que vive el país, la Iglesia, dijo, tiene un trabajo específico que es el anuncio del Evangelio, además de trabajar para consolidar el núcleo familiar porque finalmente es ahí donde se genera la paz o la guerra.
De hecho, la Iglesia Católica está obligada a unirse con los distintos movimientos religiosos que existen en el país para que el trabajo apostólico sea eficaz.
Como presidente del consejo ecuménico y religioso, expuso “no sólo tengo que soportar a los hermanos que pertenecen a otras religiones, sino valorarlo, aprender y apoyarme en ellos para edificar la sociedad, pues ellos también pueden contribuir significativamente en las tareas de transmisión de valores”.
Por otra parte, Rivera Carrera se refirió a la necesidad de establecer un nuevo orden económico, basado en la distribución y no de acaparamiento de alimentos y productos y consumo básico, esto ante la disminución y encarecimiento que estos bienes han presentado en los últimos meses en todo el mundo.
