El presidente de Israel, Simon Peres, instó ayer al Papa Benedicto XVI a que no cancele una futura visita a Israel por un polémico epígrafe que aparece junto a una fotografía de su predecesor Pío XII en el Museo del Holocausto de Jerusalén.
“No hay relación entre el asunto de Pío XII y la llegada del Papa (Benedicto)”, dijo ayer Peres a un grupo de periodistas, al resaltar que la prevista visita papal, aún sin fecha, “no tiene nada qué ver con enfados ni disputas” sino con Tierra Santa.
El epígrafe en cuestión acusa al Pontífice Pío XII de haber callado mientras millones de judíos eran conducidos a los campos de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial, entre 1939 y 1945, y de que cuando los informes sobre el Holocausto llegaron al Vaticano, no reaccionó ni con protestas escritas ni verbales.
Ayer, el postulador de la causa de beatificación de dicho Pontífice, el jesuita Peter Gumpel, advirtió en Roma que Benedicto no visitará Israel mientras no se suprima la frase.
Según Gumpel, el Papa desea visitar Israel, pero “hasta que el epígrafe no se elimine, Benedicto XVI no puede acudir a Israel porque sería un escándalo para los católicos”.