Con claveles blancos en sus manos y vestidos con ropas del mismo color, símbolo de la paz y la tranquilidad, universitarios clamaron por un cese a la violencia que tiñe las calles y poblados de sangre y salpica de intranquilidad los recintos de estudios.
En una concentración de alumnos, personal docente y administrativo, en el edificio central de la máxima casa de estudios, el rector Héctor Melesio Cuen Ojeda dijo que entre la sociedad priva la incertidumbre y el miedo por el cúmulo de ejecuciones que se presentan, en las que se priva a vidas inocentes.
Las muertes incidentales de los catedráticos José Alfonso Ochoa Casillas, José Alfonso Ochoa Quintero y Daniel Casillas Niebla, en dos hechos distintos, ocurridos en esta ciudad la semana pasada, motivó un primer acto de este tipo, en el que la comunidad universitaria exigió a los tres niveles de Gobierno hacer frente a la delincuencia organizada.
En el patio central del edificio, donde se ubica la rectoría de la Universidad Autónoma de Sinaloa, se diseñó una especie de tumba, en la que los asistentes colocaron cientos de claveles blancos y guardaron diez minutos de silencio, por los cientos de muertes que se registran en la entidad, sobre todo en la ciudad capital.
Hace poco más de ocho días, Sillas Niebla, trabajador de la institución, fue alcanzado por las balas de un grupo de sicarios que ejecutó a los comandantes de la Policía Ministerial del Estado, Jorge Zatarain Camacho y Jesús Castro Leyva, en cuyo atentado, tres personas más, ajenas al hecho, resultaron lesionadas.
Días después, en un taller automotriz, en la colonia Los Pinos, donde el catedrático Ochoa Casillas acudió junto con su hijo a recoger su auto, resultaron muertos, junto con siete personas más.
