Mientras la inseguridad aumenta en la Zona Metropolitana de La Laguna, donde los robos se han disparado a niveles récord, ni siquiera las administraciones municipales son capaces de proteger el patrimonio público y el erario enfrenta pérdidas millonarias por el robo de equipamiento urbano.
Cable de alumbrado público, medidores volumétricos de agua y tapas de alcantarillas son blanco preferido de ladrones que aprovechan el alza de precios en el cobre, en el caso de los dos primeros objetos, y el fierro, en el caso de las tapas.
El Municipio de Torreón pierde alrededor de medio millón de pesos al mes para reponer cable eléctrico, medidores de agua y tapas de alcantarilla debido a la alza en estos robos.
En Gómez Palacio, el Ayuntamiento ha invertido 5 millones de pesos para reponer estas pérdidas en el año que lleva la actual Administración, según el área de Servicios Públicos de ese Municipio.
Ciudad Lerdo ha perdido cerca de un millón de pesos también en el año que lleva el actual Gobierno Municipal.
Los datos fueron proporcionados por las direcciones de Servicios Públicos de los tres municipios, donde sectores enteros quedan sin iluminación por el robo de cable, aumentan los accidentes de automóviles que topan con hoyos de alcantarilla y se registran fugas de agua al arrancar los medidores.
En los tres municipios el gasto mayor es en cable de alumbrado, debido al volumen de lo robado.
En Torreón, la reposición de cable representa unos 340 mil pesos al mes, mientras que el Sistema de Aguas y Saneamiento gasta unos 160 mil pesos al mes para reponer tapas de alcantarilla y medidores.
En Gómez Palacio el Ayuntamiento ha gastado más de 4 millones de pesos en el último año para reponer cable y las balastras y luminarias que resultan dañadas por el robo. El gasto promedio es de más de 300 mil pesos al mes.
Gómez Palacio ha sustituido la tapa de alcantarilla de fierro por una de polietileno, que es 20 por ciento más barata y no es atractiva para los ladrones.
Tanto en Lerdo como en Gómez Palacio se ha sustituido el cable de cobre por el de aluminio, que es menos codiciado.
Todo esto sin contar las decenas de placas conmemorativas de bronce que han sido robadas en los últimos meses y que también representan parte del patrimonio público. Las autoridades de la zona conurbada afirman que se ha solicitado más vigilancia policiaca, pero los robos continúan y representan un gasto del erario público.
