Las maderas más utilizadas son las de roble, haya, jatoba y merbau, aunque también se impone el bambú por su dureza, belleza y resistencia a la humedad.
Los suelos de madera aportan elegancia y calidez a cualquier estancia, al tiempo que nos ofrecen la posibilidad de tener habitaciones más luminosas y de aspecto más limpio.
Este tipo de pisos no requiere de gran obra de albañilería, rápida y de fácil instalación, puede ser colocado por cualquier persona con alguna experiencia en remodelaciones.
Cuando lo colocamos en colores oscuros crean un ambiente íntimo y con carácter.
Cómo seleccionarlos
A la hora de elegir nuestro piso, es conveniente tener claro el tipo de material que queremos colocar de acuerdo con nuestro estilo de vida y el dinero que pensemos invertir.
Existen diferentes opciones que deberemos evaluar para seleccionar la que mejor encaje con nuestras necesidades.
Una de las alternativas más atractivas en cuanto a suelos de madera es el parquet, cuyos tipos esenciales son tres: tarima maciza, tarima multicapa y parquet laminado.
Tarima maciza
Es el estilo más exclusivo. Se trata de un parquet constituido exclusivamente con madera natural de una sola capa. Suele tener un grosor de entre 15 y 20 milímetros y su parte superior está barnizada.
Las tablas pueden pegarse o colocarse con sistema de anclaje que embona fácilmente.
Esta variedad es la que generalmente tiene el mayor costo, debido a la utilización de más madera noble que en otros tipos. Las más utilizadas son las de roble, haya, jatoba y merbau, aunque también se impone el bambú por su dureza, belleza y resistencia a la humedad.
Tarima multicapa
La opción intermedia en cuestión de costos. Este estilo tiene una capa superior de madera noble de unos 3 o 4 milímetros, está barnizada en la parte superior y el resto de su estructura está formada también por madera natural, pero, en este caso, suele ser madera de pino, por eso es más barato.
Las tablillas pueden igualmente pegarse o colocarse con sistema de anclaje. Su capa superior permite varios lijados para un buen terminado.
Laminado
Es el más utilizado en las viviendas actuales y en espacios comerciales de todo tipo ya que, debido a su resistencia a las rayaduras y al desgaste, precisa pocos cuidados.
Resulta más económico que el resto y la colocación es mucho más sencilla, la unión entre las láminas no necesita pegado y permite un posterior desmontaje muy sencillo.
Una de las capas reproduce la veta y el aspecto de la madera, y sobre ésta se crean varias capas transparentes de resina.
El cuerpo de este tipo de piso suele estar compuesto de fibra de madera prensada a alta densidad, mientras que en su parte inferior lleva una capa sintética que aporta estabilidad.
Existe una variante llamada de alta presión que ofrece una mayor resistencia al uso y al impacto para condiciones extremas, como es el caso de centros comerciales, discotecas y otros espacios de tránsito pesado y continuo.