En los últimos 3 años se ha incrementado en 39 por ciento la detención de mujeres acusadas de secuestro.
De acuerdo con expertos, las mujeres se inmiscuyen en este tipo de delitos para proteger a sus hijos, o porque son obligadas por su cónyuge.
En 2006, en las cárceles capitalinas había 77 mujeres acusadas de este delito; en 2007, al cifra subió a 96, y hasta septiembre de 2008 había 107, de acuerdo con estadísticas de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario.
La tendencia al alza se confirma al comparar las cifras con las de la década de los noventa, pues según estadísticas del Instituto Ciudadano Estudios Sobre la Inseguridad (ICESI), basadas en datos oficiales, en 1996 se tenían registrados 32 casos de mujeres acusadas de secuestro en juzgados de primera instancia del fuero común; en 1997 la cifra fue de 33, y en 1998, de 36.
El fenómeno refleja, aseguró la antropóloga social Elena Azaola, la descomposición social, pues la mayoría de las mujeres delinque por sus seres más cercanos.
“Tiene que ver con varios factores como la falta de protección de los padres, violencia familiar y adicciones, esto ocasiona que la mujer siga operando con esas bases que la hacen actuar en función de sus lazos más cercanos”, explicó.
“Si hay toda una familia que se está uniendo al delito, es mucho más probable que allí haya mujeres que lo hagan”.
También los amigos influyen en la comisión de delitos por parte de mujeres, como en el caso de Itzel, quien se inició en el robo de vehículos con violencia, pero decidió participar en al menos un secuestro tras ser invitada por sus amistades.
La joven funcionaba como “gancho” para distraer al plagiado desde un vehículo, momento que aprovechaban sus cómplices para “levantar” a la víctima. Por esta actividad recibía entre 5 y 10 mil pesos. Con tan sólo 26 años de edad, la joven actualmente cumple una condena de 27 años de prisión en el Centro Femenil de Readaptación Social de Santa Martha, aunada a una condena de 18 años por robo de vehículos.
“Lo preocupante es que las mujeres que están presas por secuestro son económicamente activas, pues van de los 30 a los 40 años de edad, la mayoría tiene hijos”, comentó un funcionario de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario.
El secuestro ocupa el cuarto lugar entre los delitos cometidos por las internas del Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan y el Centro Femenil de Readaptación Social de Santa Martha.
Hasta septiembre de 2008, se tenían registradas 688 mujeres que cometieron robo calificado; 463, delitos contra la salud; 224, robo agravado, y 107 por secuestro.