México, Venezuela, Ecuador, Brasil y Perú, que concentran entre 60 y 70 por ciento de las formas de vida del mundo, podrían ver comprometida la supervivencia de especies con el calentamiento global. (Archivo)
Señala un informe que las aguas saladas, al aumentar el nivel del mar, inundarían el líquido dulce de la región.
El calentamiento global podría disminuir en el mediano plazo la disponibilidad de agua potable para 70 millones de personas en América Latina, incluyendo México, advirtió el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En su informe “Cambio Climático en América Latina y el Caribe” señala que el panorama en la región es poco alentador porque diversos factores limitan la capacidad de respuesta de los gobiernos.
De manera genérica y sin especificar el tiempo, avisora el riesgo “cercano” de aumento en el nivel del mar, cambios en los modelos de precipitaciones y producción agrícola, derretimiento de hielos y reaparición de enfermedades.
Debido al derretimiento de glaciares, sobre todo en Los Andes, Centroamérica, Venezuela y Uruguay, podrían perder tierras cultivables, infraestructura y biodiversidad y parte de su agua dulce se contaminaría con salada.
México, Venezuela, Ecuador, Brasil y Perú, que concentran entre 60 y 70 por ciento de las formas de vida del mundo, podrían ver comprometida la supervivencia de especies.
A consecuencia del cambio en el modelo de precipitaciones, se esperan más huracanes, tormentas, sequías y olas de calor que afectarán sobre todo la región de huracanes del Pacífico y el Atlántico, donde se encuentra México.
De hecho, el cambio climático amenaza los cultivos de maíz, papa, cebada, trigo y vid en prácticamente todos los países de la región, debido a la disminución en las tierras cultivables.
El documento reconoce que los 27 países del área han suscrito el Protocolo de Kyoto e incluso que algunos hacen esfuerzos especiales por disminuir las emisiones carbónicas y usar racionalmente sus recursos.
Sin embargo, la pobreza, la acelerada urbanización, la insuficiencia en agua y drenaje, la inestabilidad económica y la deuda pública, limitan la efectividad de los esfuerzos.
SE INTENSIFICAN HURACANES
Cuando las aguas en la zona de gestación de huracanes en el Atlántico se calienta un grado Fahrenheit al promediar el verano, la actividad general de los huracanes aumenta un 50%, según un estudio.
Los científicos saben desde hace mucho que los huracanes reciben su tremenda energía de las aguas cálidas y por eso, mientras más caliente el agua, más combustible lleva la tormenta para arrancar o para fortalecerse.
El estudio calcula en qué medida la frecuencia e intensidad de las tormentas se debe a las aguas más cálidas, dijo el autor Mark Saunders, profesor de predicción climática en la University College London.
Saunders halló una vinculación numérica específica entre los altibajos de las temperaturas del agua y la intensidad de los huracanes. Eso ayuda a explicar por qué los huracanes han sido mucho peores en los últimos doce años y por qué 2007 -con aguas ligeramente más frescas que lo normal- fue una excepción y no una temporada de huracanes intensos, dijo.
“Es muy sensible a pequeños cambios en la temperatura de la superficie del agua”, agregó.
Buscan impulsar acuerdo sobre cambio climático
La Asamblea General de la ONU inicia mañana un debate de alto nivel de dos días sobre la lucha contra el cambio climático, con el fin de impulsar el acuerdo logrado en diciembre pasado en la conferencia internacional de Bali (Indonesia) para reducir la emisión de gases contaminantes.
Cerca de 20 ministros y centenares de representantes de más de 100 países se unirán al conocido empresario británico Richard Branson y al alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, para discutir los próximos pasos en la lucha contra el cambio climático.
La conferencia en la isla indonesia auspiciada en diciembre por la Organización de las Naciones Unidas concluyó con un acuerdo firmado por 187 países que supone la admisión por parte de los firmantes, incluido Estados Enidos, de la necesidad de un acuerdo global más ambicioso que el Protocolo de Kyoto y encauzó las negociaciones para sustituir a este tratado en 2009.
El presidente de la Asamblea General, Srgjan Kerim, aseguró en un comunicado de prensa que el debate no busca sustituir las negociaciones iniciadas en Bali.
“Nuestro objetivo es apoyar el proceso, se tiene que mantener el impulso logrado en la hoja de ruta de Bali”, indicó.
El ex ministro de Exteriores macedonio agregó que el cambio climático es un “problema que se debe combatir de manera sistemática, por lo que la Asamblea General debe estar pendiente de manera continuada”.