El realizador mexicano Guillermo del Toro no descarta la posibilidad de llevar nuevamente a la pantalla grande al demonio rojo. (Archivo)
El cineasta mexicano Guillermo del Toro lo piensa un poco antes de contestar... ¿habría tercera parte de Hellboy? “Sí existe, podría saberse si una decisión de Liz (Sherman, interpretada por Selma Blair) sobre Hellboy fue sabia o no. “Nos daríamos cuenta lo falible de nuestras decisiones”, apunta el tapatío. Y es que si hay algo que le interesa al director de El Espinazo del Diablo y El Laberinto del Fauno, es la fragilidad que pueden tener los llamados superhéroes.
“En Hellboy II: El Ejército Dorado, a diferencia de Blade 2, tuvo a un personaje falible, quien sufría heridas físicas y sicológicas.
“En el momento que dejamos de creernos humanos, nos volvemos locos. Digo, todos somos falibles, o dicho de otra manera, todos la cag... en cualquier momento de la vida. A mí, lo que me gusta de los superhéroes es mostrar su vida cotidiana, cuando no están en lo suyo.
“Blade siempre sabía dónde estaba la bomba, qué iba a pasar; su única preocupación era inyectarse la sangre para estar bien, por eso me enfocaba a eso. Aquí Hellboy es falible, le pasan muchas cosas, creo que esos momentos falibles es lo que alimenta a las personas”, explica.
En eso concuerda Ron Pearlman, quien por segunda ocasión interpreta a Rojo, como se le conoce al demonio integrante de la Agencia de Investigación y Defensa Paranormal.
“Tiene un extraordinario toque humano. Pocas personas se dan cuenta de lo simpático que es, lo irreverente, lo cínico, tiene una forma mezquina y eso es gracias a la visión de Guillermo”, subraya.
Y vaya que se divirtieron en el rodaje... a excepción de Selma Blair, quien se quedó con las ganas de brincar en trampolín para sus escenas de acción. A lo más que llegó fue a estirar sus brazos simulando lanzar una ráfaga de fuego. Así que en caso de haber una tercera entrega cinematográfica del demonio rojo, ya sugiere a Del Toro lo que podría incorporar al guión.
“En esta nueva película, en realidad me dieron un poco de celos cuando vi que los demás se encontraban en el trampolín brincando. Yo quería hacer eso, pero como el fuego es pasivo y se hace por computadora, me quedé con las ganas. “Ojalá y haya tercera película y me gustaría brincar, saltar, ir de un lado a otro, aunque claro, me tendría que poner en forma, pero con gusto lo haría”.
