Juan Gelman recibirá hoy el Premio Cervantes en Alcalá de Henares.
“Es verdad que yo he decidido vivir y morir en México, pero no tan pronto porque siempre dicen que Gelman se escribe con “g” de gato. No con “g” de gallo, de galante, de gentil, no, de gato”.
Con estas palabras y la lectura de algunos de sus poemas cerró ayer el poeta argentino Juan Gelman un emotivo acto celebrado en su honor en la Casa de América de Madrid.
Bajo el título El Exilio y Juan Gelman, durante más de dos horas Juan Ramón de la Fuente, los poetas Eduardo Hurtado y Marco Antonio Campos, hablaron sobre su figura, su obra, su exilio y su vida en México.
Hoy el poeta recibirá el Premio Cervantes, considerado el Nobel de las letras españolas, de manos del rey Juan Carlos en un acto que tendrá lugar en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.
Juan Ramón de la Fuente aseguró que la poesía de Gelman está marcada “por tres tragedias apenas soportables para cualquier ser humano: la derrota política, la muerte de sus seres queridos y el exilio”. Y recordó la persecución política que sufrió el poeta y la pérdida de su hijo Marcelo y de su nuera Claudia, secuestrados y asesinados durante la dictadura argentina.
“En sus inicios la poesía de Gelman transita por las veredas comunes de la juventud: el amor y la soledad, el desamor y la esperanza. Pero al poco tiempo, la emoción política irrumpe en su poesía, que nace de su militancia partidista, siendo tres los motivos que están detrás de ella: el exilio, la muerte de sus compañeros y la derrota transitoria de la utopía”, aseguró. “Poeta y político. Político y poeta. Sí, pero poeta y político de la libertad y de la dignidad”, lo definió.
De la Fuente, quien se ha incorporado como académico a la Universidad de Alcalá de Henares, habló de México como país que ha sabido recibir a los exiliados de España y países sudamericanos en el Siglo XX, “y que se ha enriquecido culturalmente con ellos”, y que en el caso de Gelman supo superar la amargura del exilio con el hallazgo del otro, del mexicano.
Monsiváis no pudo llegar al acto pero su ponencia fue leída por el propio Gelman; en ella se refirió a él como “complejo, pero no oscuro”.
Eduardo Hurtado se centró en el exilio de Gelman en México lo que, en su opinión, le ha permitido tomar distancia “no con el pasado, sino con ciertas consideraciones acerca del pasado”, dijo.
Marco Antonio Campos comentó que “el exilio de Gelman en Francia, en Italia, en Nicaragua era “borrarse”, porque nunca se sintió integrado más que, como él ha dicho en los últimos 20 años, en México.