La joven amante de Afrodisio le ofreció un cigarro al terminar el ilícito trance de adulterino amor. “No -rechaza Afrodisio el ofrecimiento-. Le prometí a mi esposa que dejaría de fumar, y siempre soy fiel a mis promesas”... El elefante le preguntó a la camella al ver su doble joroba: “¿Por qué tienes las bubis en la espalda?”. Respondió ella con enojo en perfecta frase dodecasílaba: “¿Y tú por qué tienes el pito en la cara?”... La recién casada se sorprendió agradablemente cuando el primer día de instalados en su nidito de amor su flamante marido le llevó el desayuno a la cama. Cuando la muchacha terminó de disfrutar el agasajo él le preguntó: “¿Te fijaste lo que te traje a la cama a las 7 de la mañana en punto? Un desayuno de jugo de naranja natural; huevos fritos tiernos con tocino bien doradito; pan tostado; mermelada de fresa y mantequilla; café recién hecho, y en la charola el periódico del día y un búcaro con una flor”. “Sí, mi vida -responde la muchacha, conmovida-. Noté todo eso”. “Muy bien -dice entonces él-. Así exactamente quiero que me traigas el desayuno todos los días de aquí en adelante”... Don Geroncio, señor de edad madura, casó con Pirulina, muchacha pizpireta. Al empezar la noche del connubio le preguntó él con gran solemnidad: “Dime, Pirulina: ¿eres virgen?”. Responde la avispada chica: “¿Para qué quieres saber eso? ¿Vas a necesitar un milagro?”... Le cuenta un amigo a Babalucas: “Mañana me van a hacer una transfusión de sangre”. “Ten cuidado -le recomienda el badulaque-. Algunos han adquirido el virus del sida a consecuencia de una transfusión se sangre. Ponte condón”... La más reciente novedad política en los Estados Unidos es que Mónica Lewinsky se cambió de partido. Ahora es republicana. Parece ser que los demócratas le dejaron un mal sabor de boca. (Recordemos que la Lewinsky fue la primera en saber que George Bush sería presidente. Clinton le dio el pitazo). Otro tema de actualidad es el de los debates entre McCain y Obama. Me atrevo a opinar que en esta ocasión esos debates no habrán de servir mucho para inclinar hacia uno u otro lado el voto de los electores. Los debates son útiles -y aun pueden ser decisivos- cuando se enfrentan dos candidatos con características más o menos similares, de modo que el lucimiento de uno o el error del otro puede alterar el fiel de la balanza. En este caso, sin embargo, los candidatos son tan distintos entre sí -comenzando con el dato elemental de que uno es blanco, y negro el otro- que las preferencias de los ciudadanos están ya bien marcadas, y será muy difícil que las sutilezas del debate puedan hacer que cualquiera cambie la opinión que tiene ya formada, y el sentido en que emitirá su voto. Comoquiera estos debates resultan muy interesantes, y en ellos algo siempre puede suceder. Habrá que verlos... La esposa de don Inepcio no regresó a su casa aquella noche, y tampoco apareció el siguiente día. El señor, alarmado, la buscó por todas partes, pero su búsqueda fue en vano. Finalmente, en el extremo de la desesperación, el infeliz acudió a la policía a denunciar la desaparición de su consorte. Esa noche, sin embargo, la señora volvió al domicilio conyugal. “¡Santo Dios! -profiere don Inepcio con angustia-. ¿Dónde estabas? ¿Qué te sucedió?”. Contesta la mujer: “Fui raptada por una banda de siete maniáticos sexuales. Me dijeron que me harían el amor como locos, un día de la semana cada uno, hasta completar los siete días”. Exclama él: “¡Pero si apenas han pasado dos días! ¿Qué hiciste? ¿Te escapaste?”. “No -responde la señora-. Nada más vine por mi cepillo de dientes”... FIN.