Los comerciantes ambulantes en el Distrito Federal crecieron como una plaga. Nadie los paró. Una plaga que se volvió poderosa, favoreció la evasión fiscal y afectó a la economía informal. (Fotografías de archivo)
Antes del 12 de octubre de 2007, los ambulantes eran, literalmente, los dueños de 87 calles en 192 manzanas que abarca el perímetro A del primer Cuadro de la Ciudad. Actualmente en el Centro Histórico no existe ningún vendedor en esa zona
En el Distrito Federal sucedió, lo que se decía, era imposible: Las autoridades capitalinas retiraron a alrededor de 15 mil comerciantes ambulantes que operaban en el Centro Histórico de la Ciudad.
Antes del 12 de octubre de 2007, los ambulantes eran, literalmente, los dueños de 87 calles en 192 manzanas que abarca el perímetro A del primer Cuadro de la Ciudad. Actualmente no existe ningún vendedor en esa zona.
La limpia de comerciantes fue posible por dos cosas: La aplicación de la Ley que prohibía la venta de productos en las calles del Centro Histórico, promulgada desde 1993 y el consenso logrado por autoridades capitalinas con los líderes ambulantes.
Según uno de los principales operadores del programa de reordenamiento, Héctor Serrano, subsecretario de Programas Delegacionales y Reordenamiento de la Vía Pública.
“La zona liberada en el Centro Histórico es sin duda en este momento la zona más segura del país. El índice delictivo ha disminuido casi el 35 por ciento”, afirmó.
Serrano explicó que el ambulantaje genera una serie de problemas sociales como: contrabando ilegal de mercancías, encubrimiento de grupos del crimen organizado que tiene que ver con narcomenudeo, principalmente.
Fueron 66 organizaciones de comerciantes quienes llegaron a un acuerdo con el Gobierno del Distrito Federal.
El arreglo consistió en que la autoridad se comprometía a dar espacios y plazas comerciales para que vendieran sus productos. Hasta la fecha el Gobierno ha otorgado 42 lugares.
No todos los lugares funcionan como prometieron, según el testimonio de algunos líderes comerciantes.
“Fue un fracaso (el reordenamiento). En primera porque los terrenos donde estamos no va la gente y como no hay difusión, menos”, reprochó Alejandra Barrios, dirigente del grupo más grande de ambulantes, la llamada Asociación Legítima Cívica y Comercial. Esta organización integra a más de 5 mil vendedores.
Otro de los problemas que enfrenta la autoridad es que de los espacios repartidos, 11 son considerados Patrimonio de la Humanidad. El Instituto Nacional de Antropología e Historia demandó al Gobierno del DF devolver esos lugares.
La inversión inicial por parte del Gobierno fue de 25 millones de pesos para reordenar a los ambulantes, limpiar el Centro y acondicionar las plazas.
Añejo problema
Los comerciantes ambulantes en el Distrito Federal crecieron como una plaga. Nadie los paró. Una plaga que se volvió poderosa, favoreció la evasión fiscal y afectó a la economía informal, según un diagnóstico elaborado por la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de la Ciudad de México.
El estudio más reciente de esta organización denominado “Comercio Ilegal en la Vía Pública”, en la Ciudad, señala que existen al menos 550 mil comerciantes ambulantes.
De esa cantidad, el Gobierno capitalino sólo reconoce 220 mil que cuentan con permiso administrativo para realizar sus ventas y alrededor de 10 mil que aún faltan de reordenar en la segunda etapa del programa de reubicación.
Cálculos de la Canaco, indican que en 1994 el número estimado de ambulantes en el DF era de 180 mil. En 1998 creció a 250 mil. En 2001 la cantidad ascendió a 299 mil.
A finales de 2005 existían alrededor de 500 mil. Para 2006 se estima que operaban alrededor de 550 mil ambulantes en la capital del país. De acuerdo a la Canaco, se estima que de este total 40 mil estaban en el Centro Histórico.
¿Y las ventas?
Según el análisis, las ventas del comercio establecido alcanzaron en 2006 una cifra de 187 mil millones de pesos. Pero los ambulantes alcanzaron 95 mil millones de pesos sin declarar un solo centavo al erario público. De haber procedido contra el ambulantaje, la Secretaría de Hacienda hubiera obtenido un ingreso extra de 32 mil 750 millones de pesos.
“En cambio, los ambulantes utilizaron los servicios públicos (agua y luz) sin pagar por ellos absolutamente nada. Sí aportaron alguna cuota. Pero a sus líderes y a funcionarios deshonestos”, consigna el estudio en poder de AEE.
El documento establece que el ambulantaje, al constituirse en una competencia desleal, ha sido la principal causa del cierre de 3 mil empresas comerciales y la pérdida de 15 mil empleos en los últimos tres años (anteriores a 2006).
Otro dato duro es que tan sólo de los permisos que el Gobierno del Distrito Federal otorga a los comerciantes diariamente para que vendan sus productos, obtiene alrededor de 25 millones pesos, según Canaco.
Las pérdidas nacionales
A consecuencia de la comercialización en la vía pública de productos robados, “piratas” y mercancía introducida ilegalmente al país, por parte de los ambulantes, los empresarios legalmente constituidos han sido severamente afectados.
Los negocios de giros como electrodomésticos, equipo de computación, textil, calzado de juguetes, fonogramas, videos, vinos y licores y libros, registran pérdidas conjuntas anuales de alrededor de 150 mil millones de pesos a nivel nacional.
“Aunado a lo anterior, la venta y distribución de productos ‘piratas’ y de contrabando propicia que el erario público deje de recibir ingresos anuales hasta por 12 mil 400 millones de pesos, tan sólo en el Distrito Federal”, consigna el estudio.
El ambulantaje en la Ciudad de México se empezó a manifestar desde hace cinco décadas, aproximadamente, según autoridades y lideres comerciantes.
El del año pasado, es el tercer reordenamiento en tres décadas. El primero se dio en 1988 cuando Enrique Jackson era Delegado de Cuauhtémoc; el segundo vino en 1993 con la publicación de un Bando, por parte de la Asamblea del Distrito Federal, que prohibía el ambulantaje en el primer cuadro del Centro Histórico.
Sin embargo, los líderes lograron doblar a la actividad: Volvieron por las calles unos meses después. En 1995 ya estaban adueñados del perímetro A hasta ser reubicados en octubre del año pasado.
Después de la promesa…
Desde marzo de 2007, Marcelo Ebrard, jefe del Gobierno Capitalino, lanzó su promesa: limpiar el Centro Histórico de ambulantes antes de que terminara el año 2007. El proceso de negociación con los líderes llevó al Gobierno a marcar etapas y Ebrard decretó el 12 de octubre como fecha fatal para el éxodo. Y así fue.
Ése día se terminó de reordenar el Centro Histórico. Ése día, las calles de la Ciudad volvieron a ser para los capitalinos y los millones de turistas que visitan el Distrito Federal como no lo era desde 1995.
Sus edificios antiguos, iglesias, museos, librerías, restaurantes y cantinas no podían ser vistos y visitados sin nada que estorbara la visión o el paso. Ahora la zona se ha vuelto más atractiva y hasta el comercio formal ha visto incrementar sus ventas en un 35 por ciento el año pasado, según registros de la Cámara Nacional de Comercio de la capital.
Los tropiezos…
El reordenamiento de ambulantes no ha sido fácil. Las plazas que entregó el Gobierno a los ambulantes no tuvieron el éxito esperado los dos primeros meses. No eran comercialmente atractivas para los clientes.
Policías y granaderos se mantuvieron hasta diciembre del año pasado para evitar que los vendedores volvieran a las calles del Centro. Actualmente hacen recorridos por la zona y se mantienen en alerta para evitar el resurgimiento del ambulantaje en el primer Cuadro de la Ciudad.
Se llegó diciembre, el mes de mayor venta en las calles. El Gobierno capitalino había propuesto la operación de un Bazar Navideño en el Palacio de los Deportes. Pero fracasó. El día 26 se dio un retorno masivo de comerciantes a las calles del Centro. Rebasado, el Gobierno relajó los operativos el 24 de diciembre, cuando los ambulantes pudieron vender hasta las 22:00 horas.
El regreso se mantuvo hasta el 6 de enero, Día de Reyes. Posteriormente se dio el reordenamiento total. Los que sobreviven en las calles del perímetro A son los llamados “toreros”, comerciantes que venden su mercancía a escondidas de la autoridad; pero si son sorprendidos, se le remite al juzgado. Para salir tiene que pagar entre 200 y 500 pesos.
El poder del líder
Los líderes de los ambulantes son los que se han fortalecido durante décadas. En esta industria informal, se estima que un líder de una organización puede ganar de 200 mil pesos hasta un millón de pesos mensuales. El suelo salte también de las cuotas que recibe de sus agremiados, según información confidencial de la Cámara Nacional de Comercio en el DF.
Este organismo intentó hace dos años documentar los salarios de los líderes de ambulantes, pero sus colaboradores empezaron a sufrir secuestros. El estudio fue suspendido.
Por el derecho de piso, AEE constató en recorridos que realizó por las calles del Centro que los vendedores pagan a diario entre 10 y 25 pesos a su líder por derecho de piso. Otros lo hacen mensualmente.
La segunda etapa
El Gobierno del D.F inició en febrero la segunda etapa del programa de reordenamiento comercial en la Vía Pública. Al sacar a los ambulantes del perímetro A, éstos mudaron al Perímetro B, aledaño a una parte del Eje Central que abarca también el Mercado de la Merced. En esa zona se estima que operan alrededor de 9 mil 500 ambulantes.
La Subsecretaría de Programas Delegacionales tiene en la mira al menos 150 puntos más ubicados sobre la ruta que atraviesa el Metro Bus, algunas estaciones del Metro y en la Delegación Coyoacán, donde operan alrededor de 500 ambulantes.
Héctor Serrano, subsecretario de Programas Delegacionales, indicó que están en el estudio para ubicar el número real de vendedores que operan en estos puntos. El reacomodo seguro será de los que están en el Perímetro B, confirmó.