Según cifras publicadas por el Ministerio de Seguridad Pública de China, alrededor de cinco mil bebés llevan hasta ahora los nombres de las mascotas oficiales de la buena suerte, conocidas en conjunto como Fuwa. (Archivo)
China, el país más poblado del mundo, tendrá para las siguientes generaciones habitantes que resguardarán muy bien el recuerdo de los Juegos Olímpicos 2008, ya que miles de recién nacidos están “pagando” el precio del fervor de sus padres, y han sido registrados con el nombre de alguna de las cinco mascotas de la justa deportiva.
Según cifras publicadas por el Ministerio de Seguridad Pública de China, alrededor de cinco mil bebés llevan hasta ahora los nombres de las mascotas oficiales de la buena suerte, conocidas en conjunto como Fuwa, que fueron presentadas en noviembre de 2005.
Mil 240 niños de China se llaman Jingjing, en honor a la mascota de color negro que asemeja un panda y representa el elemento tradicional de la madera.
El segundo nombre más popular es Huanhuan, con mil 63 niños nombrados en su honor. Es la mascota roja con fuego en la cabeza, que simboliza a la llama olímpica y la pasión por el deporte.
El siguiente Fuwa en el ránking es Beibei con 880 recién nacidos registrados así. Es la mascota azul, que representa el agua y los peces. Le sigue la golondrina Nini, que representa la gimnasia, con 642 bebés.
En el último puesto está el antílope del atletismo Yingying, con 624 bebés.
La lista de las personas que entran al furor de los Fuwa está en contaste crecimiento, por lo pronto la huella de los Juegos Olímpicos ya está anotada hasta en las actas de nacimiento.
Significado trascendente
El creador de las mascotas de Beijing 2008 es el artista popular Han Meilin, de 72 años. En esencia fueron concebidos como cinco niños que representan los elementos tradicionales del país: fuego, madera, agua, oro y tierra.
Al conjunto de mascotas se le tituló Fuwa, aunque la combinación de sus cinco nombres se traduce como “Beijing les da la bienvenida”.
La idea de tener una simpática mascota oficial en la justa deportiva comenzó de modo inocente con Waldi, un perro salchicha que se utilizó en Munich, 1972.
