Los satélites del Sistema Solidaridad fueron construidos por la empresa Hughes Aircraft Company y costaron más de 300 millones de dólares. (El Universal)
Sobre el satélite Solidaridad 2, orgullo del salinismo, pesan dos hipotecas y por su avanzada edad no está asegurado.
Fue orgullo del Gobierno en el sexenio de Carlos Salinas. Hoy, 14 años después, hay negociaciones para que la entidad pública Telecomm vuelva a adquirir de la empresa privada SatMex la mayoría de las acciones del satélite Solidaridad 2, por 240 millones de pesos.
Sin embargo, sobre el mismo pesan dos hipotecas y por su avanzada edad, no está asegurado.
Una historia que hace unos días, tuvo una escena peculiar:
De pronto se escuchó una voz que señalaba que la operación, como se planteaba, no era posible. Se hizo un pesado silencio. Pero el que hablaba agregó: “no se puede por lo de las hipotecas”.
La reunión se interrumpió.
Más tarde, varios ordenadores fueron encendidos. Diversos personajes de distintas dependencias buscaron la información. Entraron a la página Web de Satélites Mexicanos, SA de CV y encontraron datos que llamaron su atención, entre ellos, uno que señala:
“El principal e intereses están garantizados por una hipoteca en primer lugar y grado de prelación sobre sustancialmente todos los activos de SatMex en términos del Artículo 92 y siguientes de la Ley de Vías Generales de Comunicación y una combinación de prendas sobre las partes sociales que SatMex posee de Enlaces y de las nuevas compañías de servicios...”.
Y en la página siguiente de los Estados Consolidados de Cambios en la situación financiera de la empresa, otro apunte, en que indica que hay una segunda hipoteca en los mismos términos del Artículo mencionado de la Ley de Vías Generales de Comunicación.
Pero había más. Uno de los funcionarios que se dedicaron a analizar el documento leyó que la póliza del seguro en órbita del satélite Solidaridad 2, no fue renovada, “ya que el término de vida de dicho satélite se estima que será el próximo año”.
“Imagínate nada más. Lo que son las cosas. El Gobierno compraría un satélite que fue propiedad de la nación, pero ya envejecido, como si compraras una carcacha que en cualquier momento puede dejar de funcionar y que además está hipotecada”, explicó un personaje que conoce de las negociaciones.
Solidaridad 2
Según fuentes de la Secretaría de la Función Pública, el paquete de acciones fue ofrecido a Telecomm por 240 millones de pesos. Las conversaciones avanzaban sin contratiempos.
Se sabía ya que la vida útil del satélite estaba calculada en 14 años aproximadamente.
Sin embargo, para que sirviera un poco más, se cambió su órbita de tal forma que la mayoría de los clientes a los que prestaba servicio, fueron transferidos al SatMex 6, y en aquél sólo quedó en funcionamiento la banda “L” que presta servicios a instituciones de seguridad nacional.
Pero el dato de las hipotecas detuvo el proceso. Telecomm acudió a la Secretaría de la Función Pública para solicitarles opinión legal.
La respuesta fue que en los ordenamientos legales vigentes, como la Ley de Adquisiciones, no se tiene establecido un procedimiento para casos como éste.
Los satélites
Solidaridad
Fueron parte de los símbolos de la gloria del sexenio salinista. El 20 de noviembre de 1993, el entonces presidente de la República estaba contento, casi eufórico. El cohete Ariane había puesto ya en órbita horas antes al Solidaridad 1.
Todo estaba listo además para el lanzamiento de la candidatura de Luis Donaldo Colosio.
Más tarde, en octubre de 1994, ya en el ocaso de Carlos Salinas, fue lanzado el Solidaridad 2.
Se informó que con ellos se podría atender la demanda de usuarios privados mexicanos básicamente para aplicaciones de redes corporativas de voz y datos.
Los satélites del Sistema Solidaridad fueron construidos por la empresa Hughes Aircraft Company y costaron más de 300 millones de dólares. El pago incluyó los servicios de lanzamiento, adecuación al centro de control que ya existía en Iztapalapa, un nuevo centro en Hermosillo y los seguros. Llevaban consigo piezas electrónicas de reservas para cambios en caso de averías y tenían garantizada la energía suficiente con una batería hasta estar en la posición adecuada.
Sin embargo, el Solidaridad 1 murió antes de tiempo. En agosto del año 2000 dejó de operar por fallas eléctricas y sus usuarios fueron transferidos a su hermano, el Solidaridad 2 y al SatMex 5.
En 1997, el sistema de satélites mexicanos, que incluía entonces al Morelos 2, a los Solidaridad y al SatMex 5 —que se construía—, además de sus centros de control, fue privatizado y se constituyó SatMex con la participación de la telefónica Autrey y Loral Space and Communications. El Gobierno mexicano conservó una parte de las acciones.
Los años pasaron. Irremediablemente aquel Solidaridad 2, que en su momento fue motivo de orgullo, envejeció. Se suponía que dejaría de operar para el año 2009. Sin embargo, al ser colocado en una órbita inclinada, podrá servir unos cuatro o cinco años más.
Y ahora cuesta 240 millones de pesos. Presta servicio a estratégicas instituciones.
Pero en aquella reunión, una voz se escapó.
Después las computadoras hablaron. “Están hipotecados todos los activos, hasta los lápices”, opinó un funcionario que recibió la información. La operación no se ha cancelado, puede tener salidas legales. Pero lejanos están ya aquellos días cuando se hablaba con orgullo de los flamantes Satélites Solidaridad.
