La imagen en todos los antros y restaurantes del Distrito Federal es similar: la gente sale a la calle a fumar. Los dueños y gerentes de los establecimientos “invitan” a sus clientes a no fumar, o si van a hacerlo, que lo hagan en la vía pública ya que temen una multa. El pasado viernes entró en vigor en la Ciudad de México la Ley de Protección a los No-Fumadores que promueve los espacios cien por ciento libres de humo.
Esta escena debería ser similar en Coahuila, pero no es así. En Torreón en todos los restaurantes la gente fuma sin mayor preocupación, lo mismo sucede en los antros y Centros Comerciales a pesar que desde el 23 de mayo de 2007 el Congreso del Estado aprobó por unanimidad la Ley de Protección para los No-Fumadores, por la que supuestamente estaría prohibido fumar en lugares cerrados como elevadores, bancos, tiendas y un largo etcétera. Sin embargo, a casi un año de que entrara en vigor esta Ley, es letra muerta. Nadie la respeta y lo que es peor, muy pocos la conocen.
Apenas el pasado viernes 4 de abril, representantes de la Subsecretaría de Regulación y Fomento Sanitario se reunieron con miembros de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) de Torreón con el propósito de dar mayor difusión a la Ley que entró en vigor desde junio de 2007. Es decir, a estas alturas del partido, estamos más preocupados por dar a conocer la Ley que por aplicarla.
De acuerdo a Jorge Alberto Durón Martínez, subsecretario de Regulación y Fomento Sanitario, hasta el momento se han aplicado entre 20 y 25 sanciones administrativas en todo el estado en contra de comercios que no han respetado los lineamientos que marca esta Ley, tales como no fumar al interior de un establecimiento cuyas medidas son menores a los 30 metros cuadrados, no delimitar sus áreas de fumar o no fumar, entre otras.
¿Veinticinco sanciones en todo el estado cuando tan sólo en Torreón en letra muerta?, la cifra resulta irrisoria y evidencia lo poco preocupadas que están las autoridades sanitarias en hacer respetar la Ley.
Las inspecciones deben verificar en los establecimientos si el sistema de extracción de aire garantiza que no se filtre el área de los no-fumadores; si hay menores de edad en el área de fumadores; si hay gente fumando o existen ceniceros de las áreas de no-fumar y si hay señalamientos que separen la sección de fumadores. Según las cifras oficiales todo está en regla, ante las pocas multas impuestas.
En este escenario resulta una incongruencia que los diputados locales discutan leyes, las aprueben (lo cual ya es un verdadero milagro), para que después nadie se encargue de vigilar que se cumplan.
En el Distrito Federal ante la confusión, desde una noche antes que entrara en vigor la Ley de Protección a los No-Fumadores los dueños de establecimientos cerrados sacaron a sus clientes a fumar a las calles. Aquí un año después se puede echar humo sin miedo a ser multado.
No tengo nada contra los fumadores, en lo personal es un vicio que no comparto, pero sí considero necesario que se respete la Ley, sobre todo cuando la justificación para aprobarla fue el cuidar la salud de aquellos que no tienen el hábito del cigarro.
El tabaquismo es una causa prevenible de muerte, pero es la enfermedad más importante del mundo. Se calcula en mil 100 millones el número de fumadores, que equivalen al 30 por ciento de los adultos en el planeta.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud cada día mueren en el mundo 13 mil 500 personas por alguna enfermedad asociada al tabaquismo, y en México existen alrededor de 14 millones de fumadores activos, y más de 53 mil personas fallecen por alguna enfermedad relacionada con esta adicción (en promedio, 147 al día).
El 52 por ciento de los fumadores en México, más de siete millones de personas, consume cigarros todos los días, y se estima que entre los años 2020 y 2030, el tabaquismo constituirá la principal causa de muerte en el mundo, al sumar casi diez millones de decesos al año.
Según la Organización Mundial de la Salud las personas que comienzan a fumar en la adolescencia y continúan con el hábito de manera regular, tienen el 50 por ciento probabilidad de morir a causa del tabaco, y la mitad de éstos fallecerá antes de los 70 años de edad.
Uno, de cada tres mexicanos, vive expuesto al humo del cigarro de manera involuntaria, es decir, más de 35 millones de personas fuman indirectamente sin desearlo.
Existen muchas justificaciones para promover una Ley y que fuera aprobada, pero no sólo basta con aumentar la agenda legislativa sino es necesario que las leyes se cumplan, porque en caso contrario todo se convierte en una farsa, en una gran simulación como ya lo es la Ley de Protección para los No-Fumadores en Coahuila.
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