Las boyas y los bordos abundan en Torreón debido a que, ante cualquier problema de vialidad, la gente pide que los coloquen. (Fotografía de Ángel Padilla)
Para Francisco Torres Suárez, director de Ingeniería de Tránsito y Vialidad, Torreón es una ciudad de boyas y bordos. Dice que aunque las autoridades municipales se han esforzado en la modernización de varias vialidades, los resultados no han sido del todo exitosos, ya que “la gente pide de inmediato bordos y boyas”.
La causa de este círculo vicioso son los mismos ciudadanos, quienes, comenta, “piden seguridad en los sectores donde viven o las vialidades por donde pasan, sin embargo, no respetan los límites de velocidad”.
La “cultura de los bordos” aumenta, pues, según el funcionario, en la actual administración se han colocado más de 100 topes en diferentes sectores de la ciudad, más de 15 moderadores de velocidad y una cantidad no cuantificada de boyas. “Y la demanda de estos reguladores de velocidad sigue y sigue”, asevera.
Aunque asegura que no está de acuerdo con la colocación de boyas y bordos porque riñe con los manuales de ingeniería de tránsito y porque se nulifican los objetivos de hacer vialidades rápidas y fluidas, dice estar “amarrado de las manos por dos causas”. Una es que, a través de Atención Ciudadana, “mediante bloqueos y otro tipo de presiones, la gente logra por la fuerza que le coloquemos los bordos y esto es generalmente luego de que atropellan a alguien”, explica.
Otro motivo es porque los conductores en general no respetan los límites de velocidad, “agarran las calles y avenidas como pistas de carreras y eso no podemos evitarlo”, dice.
Torres Suárez expresa que no se puede poner un agente de tránsito en cada colonia, en cada bulevar o calzada, pues se trata de una cuestión de conciencia por parte de los conductores y los choferes de servicios público sobre todo los taxistas.
En el escritorio del director de Ingeniería de Tránsito se acumulan las solicitudes para colocar bordos y boyas en diferentes sectores de la ciudad. Lo mismo de vecinos de colonias populares que residenciales y en el exterior de su oficina, ciudadanos también esperan entrevistarlo para ver qué respuesta les tiene, ya que necesitan bordos en los sectores donde viven.
“Con este tipo de demandas, la gente piensa que se terminan los problemas de exceso de velocidad o de accidentes”, dice Torres Suárez y comenta que vecinos del par vial Madero-Comonfort ya pidieron bordos en algunos cruceros, lo mismo ocurrió en el par vial Tecnológico-Gómez Morín, pero en ambos casos se les negó la autorización.
En la nueva vialidad del bulevar Centenario los vecinos bloquearon para que les instalaran boyas, pero “se dio la instrucción de retirarlos”. En donde sí se tuvo que ceder a presiones de los vecinos fue en el par vial División del Norte-Vasconcelos a la altura de la calle Pavorreal.
MOTIVOS
“Mediante bloqueos y otro tipo de presiones, la gente logra por la fuerza que le coloquemos los bordos y esto es generalmente luego de que atropellan a alguien (...). (Además) los conductores en general no respetan los límites de velocidad, agarran las calles y avenidas como pistas de carreras y eso no podemos evitarlo”.
FRANCISCO TORRES SUÁREZ,
DIRECTOR DE INGENIERÍA DE TRÁNSITO Y VIALIDAD
