Si los negros augurios de Telmex se cumplieron, este fin de semana pudo haberse producido un caos en la telefonía móvil, con motivo de la entrada en vigor de la portabilidad numérica. Esos pronósticos negativos agregan que la incomunicación que afectaría a cierto número de proveedores podría durar hasta dos semanas.
La portabilidad numérica es un derecho de los usuarios que, como dueños del número de su teléfono celular, pueden ir de una compañía a otra sin perder esa valiosa identificación. Prevista en la Ley desde 1995, esa posibilidad técnica y legal se ha demorado, entre otras cosas, en los años recientes, por las deficiencias del órgano regulador, la Comisión Federal de Telecomunicaciones y el poder que sobre ella ejercen los operadores que, obviamente mantienen intereses encontrados y se imputan entre sí las dificultades a que se enfrenta la nueva situación, ante la impasibilidad de la Cofetel.
Desde su infortunada integración a mediados de 2006, el pleno de la Cofetel demoró un año en enfrentar una de las tareas prioritarias del organismo, la portabilidad numérica, del mismo rango que la interconexión y la convergencia, que apenas están siendo abordadas. En junio de 2007 pudo por fin emitir la resolución respectiva, cuyos efectos debían entrar en vigor el 5 de julio de este año. No fue posible que eso ocurriera, por incumplimiento de algunos oferentes del servicio, y la Cofetel aprobó una semana de aplazamiento. De modo que anteayer debió inaugurarse esa nueva era de la telefonía. Pero el debut pudo haberse llenado de tropiezos, que acaso se incrementen a partir de hoy.
A fines del año pasado había en nuestro país cerca de sesenta millones de usuarios de esa modalidad telefónica. En 2007 la cifra aumentaba a razón de un millón por mes, y aunque la tasa de crecimiento ha disminuido este año a setecientos mil, la prosperidad de este negocio, atendido por 22 empresas lo coloca entre las áreas más dinámicas de la economía. Buena parte del mercado publicitario se sostiene con las ofertas de las compañías, que reseñan la calidad de su servicio o la innovación tecnológica (como la llegada del iphone de tercera generación, ocurrida el viernes pasado). La portabilidad numérica debía haberse convertido, asimismo, en factor de competencia, pues se supone que alentará a los usuarios insatisfechos con su actual servicio a mudarse a otro sin problema.
Eso, el que no haya problema, es lo que creen los usuarios, advirtió Telmex el fin de semana. En lo que pudo haber sido sólo un argumento para disuadir a sus usuarios a tomar otro servicio, la principal empresa del ramo lanzó una advertencia que fue a su vez denunciada por sus competidores agrupados en la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por cable como una actitud destinada a crear “confusión”. Telmex previó que podría crearse una “incomunicación nacional” porque varios operadores no están listos para la portabilidad, lo que provocaría rechazos, eventualidad que no sólo afectaría a tales usuarios sino a la red completa, debido a que ahora el total de llamadas se cursa a través de una base de datos. (Por cierto, quien la administra, Telcordia Technologies Inc, fue escogida a través de un proceso “conducido por los operadores”, según la propia Cofetel, que de ese modo se ufana de no ejercer su autoridad sino de delegarla en los sujetos regulados).
En el número correspondiente a enero-febrero de este año, la Gaceta Cofetel anticipaba la situación idílica que la portabilidad numérica crearía en favor del usuario: “Las tarifas, los equipos, las promociones que aparecerán en el mercado en las próximas semanas… brindarán al cliente cautivo o potencial toda una gama de posibilidades para que se contrate con quien él decida, sin que de por medio exista la barrera artificial que representaba la posibilidad de perder su número”.
Esa promisoria situación ha tardado en concretarse. Ya durante la prórroga, el martes 8 se reunió el Comité técnico de portabilidad, encabezado por el comisionado de Cofetel José Luis Peralta, que oficialmente avisó que todas las operadoras estaban listas para la jornada inaugural de anteayer. Sin embargo, hay versiones de que además de Telmex y Telcel sólo hicieron aquella declaración Alestra, Iusacel y Opcom. A su vez, al descalificar a las empresas de la familia Slim por su alerta roja, la Canitec informó que estas compañías, que sirven al mayor número de usuarios, tuvieron problemas en las llamadas destinadas a la Ciudad de México y a Guadalajara. “Entre el cinco y diez por ciento de las llamadas realizadas a esas ciudades no pudieron terminarse en la red de Telmex e incluso tuvieron problemas con más de 13 por ciento en llamadas entrantes a números no geográficos (números 800 y 900)”, dijo la Cámara (El financiero, 11 de julio)
En la misma dirección, y más francamente en el terreno de la competencia a veces rijosa entre Telmex y la empresa española Telefónica, la vocera de la compañía encabezada por Francisco Gil, Isabel Suárez, dijo que habría problema en las llamadas de larga distancia, “porque todas las maneja la red de Telmex”. (Reforma, 11 de julio)
Dado el carácter dominante que llegaron a tener las empresas Slim, y la situación de ventaja que aún guardan en el mercado, se presumió que la portabilidad disminuiría sus activos. Su director de larga distancia, Eduardo Gómez Civil, ha dicho, sin embargo, que no es así: “ya que por cada usuario que los quiere dejar, reciben tres”.