A la portuguesa María de Jesús, de 115 años y 80 días y considerada la persona más anciana del mundo, le encanta tomar el sol y le gustan mucho los dulces, sobre todo el arroz con leche.
María de Jesús, nacida el 10 de septiembre de 1893 en Urqueira, una aldea a 150 kilómetros al norte de Lisboa, come todo tipo de alimentos y ése es uno de los secretos de su longevidad, según dijo María Madalena Tomar, de 83 años, la hija que vive con ella.
"Come de todo y nada le hace mal. Carne, pescado, verduras... Le encantan los dulces, sobre todo el arroz con leche", señaló Madalena, quien matizó que lo que su madre no ha probado nunca es el café y el alcohol.
Tras la muerte de la norteamericana Edna Parker, de 115 años y 120 días, María de Jesús se convirtió en la persona más anciana del planeta, según la lista divulgada por Stephen Coles, un médico norteamericano especialista en gerontología que basa sus estudios en certificados de nacimiento oficiales.
Madalena explicó que pasea con su madre, quien se mueve en silla de ruedas, por las calles de Corujo, una aldea a poco más de 100 kilómetros de Lisboa, porque "le encanta" tomar el sol, aunque los días de lluvia opta por quedarse sentada cerca de la calefacción.
"Ya tiene problemas de oído, pero cuando me escucha, responde" señaló la hija, quien reconoce que su madre vive ajena a todo el revuelo que ha generado la noticia.
María de Jesús crió a seis hijos, tiene once nietos, 16 bisnietos y seis tataranietos, muchos de ellos repartidos por distintas partes de Portugal y por el extranjero.
"Mi madre tuvo una vida durísima. Trabajó desde los 12 años en el campo", explicó Madalena, quien indicó que en algunos periodos de su vida su progenitora llegó a tener apenas 100 gramos de azúcar para alimentar a siete personas.
Madalena, quien está muy contenta por saber que su madre ostenta el título de más anciana del mundo, no prevé celebrar nada especial.
"Ella está tranquila. No vamos a festejarlo con nada en concreto. Su destino está en las manos de Dios", sentenció.