Querida Secretaria:
Tú estás muy bien en tu trabajo actual. Sabes lo que te espera, que hay problemas que nunca se van a resolver, quienes son tus amigas. Tu trabajo se ha vuelto... ¡muy cómodo!
¿Te vas a quedar en la comodidad?, ¿o vas a lanzarte? Tu respuesta va a depender en parte de cuál es tu ideal del profesionalismo y del tamaño de tus necesidades económicas.
Antes de tomar una decisión, sería aconsejable que aquilataras el nivel actual de tu satisfacción personal y te hicieras estas preguntas (pon mucha atención a tus respuestas):
*En una escala desde descontento hasta fascinación: ¿qué tan feliz me siento al levantarme por las mañanas para ir a mi trabajo?
*En una escala desde letargo hasta reto: ¿qué tanto estoy aprendiendo, abarcando, desarrollándome profesionalmente?
*En una escala desde despreciativas hasta entusiastas: ¿cómo son mis relaciones con mis compañeros de trabajo?
*En una escala desde patético hasta excelente: ¿cómo corresponden mi salario actual y/o el nivel de responsabilidad a mis aspiraciones?
Una vez que hayas decidido quedarte o buscar nuevos horizontes, éstos son algunos consejos para mejorar las oportunidades para lograr lo que quieres:
*Haz que tus ambiciones para el cambio –o para tu “statu quo”- se conozcan.
*Si estás pensando en algún cambio en tu actual empresa, emprende proyectos que nadie quiere aceptar. Cuando contribuyes con intervenciones sobresalientes, inesperadas, la alta gerencia toma nota.
*Si decides permanecer en tu posición actual, asegúrate que la empresa evalúe tu antigüedad, ya que tu salario ha ido en aumento, los directivos están conscientes de que tu valor personal también ha aumentado.
*Procura que tus tareas sean interesantes y retadoras. La calidad de tu desempeño destacará tu perfil en la empresa y aumentará tu satisfacción propia día a día.
*Adquiere información confiable de negocios del mismo ramo de tu empresa. Reúne datos auténticos de las oportunidades que existen fuera de tu esfera.
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