Querida Secretaria:
El mundo no cesa de cambiar. Hoy en día se puede encontrar una verdadera variedad en la música –roquera, clásica, jazz, rap, pop, blues, etc. Felizmente grabada en el mismo Ipod. Algo semejante sucede en el trabajo con las diferencias en el personal: de género, edad, raza y cultura. Esto hace que la coexistencia se vuelva un tanto difícil si no tratamos de estar motivados para operar en varios marcos de competitividad. Los problemas que se presentan en el mundo del trabajo tienen mucho qué ver con las emociones, control, comunicación, empatía...
Si presientes que tus emociones están ofuscando tus pensamientos, recuerda lo siguiente:
*Si te sientes contraída por algo relacionado con tu trabajo y simplemente no te puedes controlar, rápidamente busca la privacidad del baño. Quizás no sea el lugar más acogedor, pero quédate ahí hasta ganar tu compostura.
*Aprende a separar tu identidad personal, del proyecto, trato o discusión enfrente de ti, cuando alguien cuestione tu opinión o juicio, no lo tomes como un rechazo. Recuerda que la diversidad de puntos de vista a soluciones más creativas y los desacuerdos son una parte natural de hacer negocios.
*La preparación es la mejor defensa. La gente falla cuando no se prepara de antemano para situaciones que saben va a presentar dificultades. Prepárate haciéndote estos cuestionamientos con él: “¿Qué tal si? ¿Qué tal si quieren discutir de nuevo el último informe? O ¿Qué tal si el contralor me comenta algo sobre mi proyecto?”.
*Pon atención a tu lenguaje corporal y al tono de voz cuando sientas que te estás alterando. Mientras que los hombres tienden a subir el tono de voz y la gesticular cuando están molestos, las mujeres generalmente se contraen físicamente y parecen acortar su estatura. Sus voces, con frecuencia, bajan de volumen y se agudizan como las de los adolescentes o emplean tonos guturales como queriendo seducir.
*Algunas mujeres ante situaciones estresantes, reaccionan enrojeciendo desde el pecho hasta el cuello. Debe haber una reacción física para este fenómeno. Respirar hondo y otras técnicas de relajamiento pueden prevenirlo: si sufres de esta respuesta física ante el estrés, sería aconsejable que usaras una bufanda o una mascada en el cuello, en las ocasiones que se anticipe una interacción particularmente difícil. Si todo falla, respira hondo. El oxígeno ayuda a aclarar tu mente y a calmarte.
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