Querida Secretaria:
Nuestro lugar de trabajo es increíblemente diverso y cada vez lo es más así que las fuerzas de la tecnología y la globalización emergen. Los factores causantes de las desavenencias entre compañeras son las diferencias en género, generación, cultura, control emocional, comunicación, empatía. Pero hay una dimensión muy marcada que está causando serios problemas. La edad.
No siempre existe la armonía cuando personas mayores y más jóvenes coinciden en un lugar de trabajo. ¿Quiénes se creen que son? Es el comentario que se oye entre gente mayor, quejándose de sus contrapartes más jóvenes. “Pueden estar muy preparadas pero les falta la verdadera experiencia de la vida. Tienen que comprender que el mundo de los negocios es muy diferente del salón de clase”.
Por otra parte un ejecutivo comenta lo siguiente acerca del personal joven: “¿Por qué son tan cortos sus espacios de atención? ¿Es necesario que estén adheridas a un celular? Nunca se puede obtener su concentración. Parece que necesitan constante interacción con las compañeras. El personal de más edad es más independiente, después de haber luchado para abrirse camino en el mundo del trabajo dominado por los hombres”.
Pero lo que piensan las generaciones más jóvenes de las personas mayores no es muy agradable:
*Están aferradas al pasado y a sus métodos de cómo deben ser hechas las cosas.
*No aceptan ningún cambio.
*Nunca se van a retirar.
*Se van a quedar para siempre.
Si te enfrentas con estos conflictos de generaciones en tu trabajo, lo primero que debes tratar es el de ser respetuosa y reconocer que toda persona tiene algo que ofrecer. Reconoce además que todas tenemos derecho a nuestra personalidad. Cuando te relaciones con compañeras mayores en el trabajo pregúntate: “¿qué puedo aprender de ellas?”. Si actúas con un sentido de apertura, te va a resultar muy gratificante.
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