Según investigaciones médicas se ha determinado que el pescado y sus aceites ayudan a prevenir o disminuir el proceso aterosclerótico.
El pescado es uno de los alimentos más sanos que existen en el mundo, pero en México no es de los favoritos, quizá porque se desconoce que se puede preparar de una y mil maneras, además de que es una fuente rica en elementos que ayudan a mantener la salud de lo mejor.
Hace unas décadas, en los 70, se puso de moda un hecho insólito, la baja cantidad de muertes por ataques al corazón entre los esquimales. Esto porque en el mundo entero el número de fallecimientos debido a accidentes cardiovasculares iba a la alza, producto de -entre otras cosas- la acumulación de lípidos en la sangre, es decir colesterol y triglicéridos.
De acuerdo con el Consejo Mexicano de Promoción de los Productos Pesqueros y Acuícolas (Compesca), testimonios e investigaciones médicas han determinado que el pescado y sus aceites ayudan a prevenir o disminuir el proceso aterosclerótico.
Eso quiere decir que ayudan a evitar complicaciones asociadas a este padecimiento, como infarto al miocardio, angina, falla congestiva del corazón, arritmias, embolias y enfermedad vascular periférica.
Existe una razón de fondo: estos aceites de pescados ayudan a mantener una buena elasticidad de las paredes arteriales, a prevenir la coagulación y a la formación de trombos, así como, a reducir la presión arterial a niveles óptimos.
Hay peces ricos en ácidos Omega-3 y Omega-6, ambos reconocidos como componentes estructurales de las membranas celulares, así como precursores de ciertas hormonas conocidas como eicosanoides, que juegan un papel especial en numerosos procesos biológicos.
Al popularizarse los efectos positivos de los ácidos grasos polinsaturados, llamados PUFA, los científicos informaron que son nutrimentos esenciales, por lo que deben obtenerse de los alimentos y se sugiere que haya un equilibrio orgánico entre los Omega-3 y los Omega-6.
Desde esta década se ha observado que la dieta de Occidente es mucho más rica en Omega-6 y que se pierde la proporción 1-1 con los Omega-3, recomendada para un buen funcionamiento de los procesos fisiológicos en que se requiere de PUFA.
Salidos del mar
Los expertos de Compesca insisten en que es bueno el equilibrio y llaman la atención respecto a que en los últimos años se han relacionado a los ácidos grasos Omega-6 con procesos de inflamación, coagulación, formación de trombos y crecimiento de tumores.