Los demócratas Hillary Rodham Clinton y Barack Obama, cada uno con un par de victorias en los comienzos de la campaña por la nominación presidencial, se aprestan ahora a una agotadora gira de 10 días por 22 estados donde se realizarán el 5 de febrero las elecciones primarias o asambleas electorales en que se deciden la mayoría de los delegados a la Convención Nacional.
La abrumadora victoria de Obama en Carolina del Sur ha obligado a Clinton a acentuar sus tareas en estados que parecían asegurados, incluido Nueva York -estado que representa como senadora- Arkansas -donde su esposo, Bill, fue gobernador- Connecticut, y el megaestado de California, en el que parece contar con el respaldo hispano.
El aplastante apoyo de los negros a Obama en Carolina del Sur acrecienta sus esperanzas de triunfar en tres estados con grandes poblaciones negras que votarán el 5 de febrero: Georgia, Alabama y Tennessee.
Ambos candidatos han subrayado la importancia de esos estados y han pasado de inmediato a la acción. Clinton hizo campaña el sábado en la noche en Nashville, Tennessee, en tanto Obama viajó ayer a Macon, Georgia, y de ahí se dirigía a Birmingham, Alabama.
Pese a su victoria del sábado, Obama enfrenta serios desafíos. Debe mejorar su atractivo entre los demócratas blancos, que le dieron sólo una cuarta parte de los votos en Carolina del Sur. Inclusive en Iowa, donde ganó, y en Nueva Hampshire, donde fue derrotado por Clinton, Obama no pudo obtener más de un 36% del voto blanco.
El “súper martes” ofrece más de mil 600 delegados. Se necesitan 2 mil 25 delegados para asegurar la nominación del partido.
Con el triunfo en Carolina del Sur, Obama obtuvo 25 delegados, Clinton 12, y Edwards ocho.
En conjunto, Clinton tiene 249 delegados, Obama 167, y Edwards 58.