El temor de ser objeto de una venganza “persuadió” al adolescente de 16 años, José Eduardo a entregarse ante las autoridades y acompañado de su madre confesar su presunta responsabilidad en la muerte Víctor Guerrero González, quien se desangró la madrugada del domingo, tras recibir dos puñaladas en el pecho.
El agente investigador del Ministerio Público de Delitos contra la Vida y Salud Personal, mesa II, informó que la presentación de José Eduardo, a quien apodan “El Braulillo y/o La Jícama”, se realizó alrededor de las cinco de la tarde del pasado lunes.
“Dijo que tenía miedo de que le hicieran algo los amigos del ahora occiso y vino acompañado de su madre”, detalló el funcionario público en torno a la explicación que dio el menor al momento de entregarse a las autoridades.
En su declaración ministerial, el adolescente relató que la noche del domingo y madrugada del lunes, acudió a un baile en compañía de Sergio, alias “El Topillo y/o El Mudo”, de 23 años y del ahora occiso Guerreo González.
Precisó que al terminar el evento compró una botella de resistol para inhalar, objeto que le quiso arrebatar “El Mudo” y luego Víctor Guerrero. Durante el forcejeo al ahora fallecido se le cayó una navaja, la cual tomó en sus manos y comenzó a lanzar tajos.
El funcionario público detalló que José Eduardo dijo percatarse que su compañero de parranda comenzó a sangrar y luego vio correr a “El Mudo” y luego lo siguió, mientras que arrojaba a los matorrales el arma homicida.
Como se informó con oportunidad, el cuerpo sin vida de Víctor Guerrero fue localizado alrededor de las 02:30 de la mañana del pasado domingo, en las inmediaciones del ejido San Felipe, estableciéndose que la causa de la muerte fue por una hemorragia interna, provocada por dos puñaladas que recibió en el pecho.
Actualmente el también adolescente, Sergio, a quien apodan “El Mudo” se encuentra en calidad de presentado ante el Ministerio Público para que rinda su declaración ministerial, sin embargo, esperan un intérprete que pueda colaborar en la traducción, debido a que dicho menor tiene problemas de lenguaje y no emite palabra alguna. Además de no conocer el lenguaje de los sordomudos.