Sectores vulnerables como los jóvenes y las mujeres, estarán en desventaja para encontrar un sitio en el mercado ocupacional. (Archivo)
México podría perder en un año entre 500 mil y un millón de empleos de continuar la actual situación económica y financiera en el mundo, afirmó el especialista Alfonso Bouzas Ortiz, integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Indicó que estos empleos serían equivalentes al 0.5 por ciento del total de la fuente de trabajo existente.
Por esa razón, agregó no sería drástico asegurar que en dos años el país se mantenga tan solo de una cuarta parte de la Población Económicamente Activa (PEA).
El doctor en Derecho, con especialidad en Trabajo, reconoció que se enfrenta una crisis de dimensiones históricas y, consecuentemente, no se generarán las 500 mil plazas anuales que se habían prometido.
En México habrá cierre de empresas por la crisis financiera global y se agudizará el desempleo. El propio sector público disminuirá el gasto, lo que implica una reducción de plazas, agregó.
A esta situación se sumará el hecho de que estarán en recesión algunos sectores en Estados Unidos, donde se emplean gran parte de los migrantes mexicanos, lo que provocará que muchos retornen al país y con ello aumentará el número de población que buscará un trabajo sin encontrarlo, señaló.
Además, la nación tiene serios problemas de desempleo, por razones estructurales rezagadas, que explican que más del 50 por ciento de la PEA no labore de manera formal.
Por ello, sectores vulnerables como los jóvenes y las mujeres, estarán en desventaja para encontrar un sitio en el mercado ocupacional.
Dijo que se reconoce que más del 40 de la PEA está inactiva; no obstante, la cifra debe ser superior, pues para las estadísticas oficiales quienes se ocupan en el sector informal cuentan como si estuvieran contratados.
"Si el desempleo rebasa la mitad y en México la PEA supera los 40 millones, entonces 20 millones de ciudadanos no tienen trabajo, señaló.
También señaló que nunca como ahora los salarios habían estado tan bajos. "Si bien en el sexenio pasado se logró detener la caída de los sueldos, éstos no se recuperaron, simplemente dejaron de descender".
Ante la situación, Bouzas consideró la necesidad de cambiar la política económica, acabar con los compromisos que se tienen con el capital monopólico, con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y con el Banco Mundial (BM); además, impulsar el fomento del desarrollo nacional, como prioridad básica.
Se trata, agregó, de una redefinición profunda, que no se ha llevado a cabo desde el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988); por el contrario, se ha acentuado una política pro empresas multinacionales, que empeora las condiciones del país.
Consideró que quizá los cambios en el sector petrolero puedan amortiguar la situación, pues todo lo que implique controles a la entrega del sector energético al exterior, repercutirá en beneficio de la economía mexicana.
