Consideran que el paro de escritores provocará la pérdida de 15 mil empleos, pues está detenido el rodaje de 44 series dramáticas y 21 comedias. (Archivo)
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MÉXICO, DF. La huelga iniciada el cinco de noviembre por el Sindicato de Guionistas Americanos (WGA por sus siglas en inglés) ya afecta el rodaje de 44 series dramáticas y 21 comedias, además de que podría causar pérdidas hasta por dos mil 500 millones de dólares y provocar unos 15 mil desempleos.
Lo anterior, tan sólo en Los Angeles, California, ciudad donde reposan las principales compañías estadounidenses dedicadas al entretenimiento. Una estimación conservadora indica que las pérdidas que registra esa metrópoli diariamente ascienden a casi dos millones y medio de dólares, según fuentes autorizadas.
De acuerdo con Steve MacDonald, presidente de la empresa FilmL.A, Inc, que gira los permisos para filmar en esa ciudad, el paro se traduce en la pérdida de 15 mil empleos y 21.3 millones de dólares para la industria del showbussines.
Lo anterior es una estimación a partir de la cifra media de empleados en esas series, el presupuesto y el tiempo de rodaje de cada emisión. Según Los Angeles Times, la producción de un sólo episodio de un drama cuesta unos tres millones de dólares, da empleo a 300 personas y se tarda en rodar alrededor de ocho días; un capítulo de una comedia de situación cuesta millón y medio de dólares, da trabajo a 88 personas y el rodaje se cierra en cinco días en promedio.
Cabe recordar que el conflicto entre guionistas y productores obedece a los ingresos que los escritores reciben por la venta de las series de televisión en discos DVD, una práctica cada vez más habitual y que genera muy grandes ingresos para los estudios de televisión, y por las emisiones de las series a través de internet.
Así, los cerca de 12 mil miembros del sindicato de escritores piden que se incremente lo que perciben por la difusión de sus trabajos a través de la internet y en formato DVD. Por primera vez en casi 20 años, los guionistas de Hollywood mantienen una huelga de repercusión nacional y por tiempo indeterminado.
Todo inició un minuto después de medianoche del día referido, cuando los miembros del Writers Guild of America (WGA) dejaron caer simbólicamente sus bolígrafos. A las 09:00 horas local realizaron los primeros paros frente a las grandes centrales televisivas de Nueva York y, tres horas después hicieron lo mismo en Hollywood.
Según los anales de esa industria estadunidense, la última huelga de guionistas ocurrió en 1988, duró cinco meses y ocasionó más de 500 millones de dólares en pérdidas, para las principales cadenas de televisión de Estados Unidos, que dependen de los nuevos episodios para atraer más público y generar ingresos publicitarios.
Por su parte, John Bowman, representante del comité negociador de WGA, manifestó que las estimaciones del gremio apuntan a unas pérdidas de dos mil 500 millones de dólares, incluidos los salarios de escritores y otros trabajadores; aclaró que la cifra está prevista si el paro se mantiene hasta el final de la temporada televisiva 2007-2008.
Mientras, Jack Kyser, economista de la Corporación de Desarrollo Económico de Los Angeles, dijo que la industria inició el año con pérdidas de 220 millones de dólares a causa del paro laboral. Ese dato lo obtuvo al considerar la pérdida de salarios de trabajadores de las producciones canceladas y su efecto en negocios afines.
Los primeros afectados han sido los talk-shows televisivos nocturnos, que tratan acontecimientos de actualidad y cuyos presentadores dependen de la gracia de los guionistas. Numerosas series, en tanto, se prepararan para emitir repeticiones; lo cierto es que los grandes estudios temen consecuencias imprevisibles para sus producciones.
“El daño sigue creciendo cada día que la huelga se mantiene. Eso nos preocupa”, afirmó Kyser, quien recordó que la industria del entretenimiento en la región es la tercera fuente de empleo más grande, formada por 160 mil trabajadores que generan unos 47 mil millones de dólares anualmente a la ciudad de Los Angeles, California.
Más adelante, advirtió del peligro que supondría que WGA boicotease la ceremonia de entrega de los premios Oscar, que por sí sola genera unos ingresos de 130 millones de dólares a la economía local. “Esta huelga no matará a la economía local del condado de Los Angeles, pero sí que supondrá un freno”, agregó.
Los datos más recientes indican que tras 12 semanas de paro son cerca de 40 mil personas las que se han quedado sin trabajo debido al conflicto, que según la Alianza Internacional de Empleados del Escenario Teatral, básicamente afecta a carpinteros, electricistas, soldadores y otros trabajadores manuales llamados de rango inferior.
Los daños colaterales saltan por todas partes. Por ejemplo, la cancelación de los Globos de Oro significó para la NBC la pérdida de 15 millones de dólares en publicidad de una velada que habría contado con 20 millones de espectadores en Estados Unidos. La cadena, miembro de la Alianza de Productores de Cine y Televisión sabe que los guionistas no juegan.
Sin embargo, las estimaciones de pérdidas dependen del tiempo que se alargue el paro y de los parámetros usados por las compañías, como aseguraron representantes del Comité para la Vivienda y el Desarrollo. Con voces a favor y en contra, un sondeo de la edición digital de la revista “Variety” asegura que los huelguistas acabarán derrotados.
El economista de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), Jerry Nickelsburg, señaló que las pérdidas podrían llegar hasta los 380 millones de dólares si la inactividad llega a los cinco meses.
En su opinión la reducción de ingresos económicos en áreas de producción tradicionales podría propiciar la expansión de nuevos sectores, como la generación de material para Internet.
Con los Globos de Oro cancelados y la propia entrega de los galardones que anualmente concede el Sindicato de Guionistas también eliminada del calendario, ahora sigue ver qué pasara con los Premios Oscar.
Gil Cates, su productor, está convencido de que la entrega de estas estatuillas se llevará a cabo el próximo 24 de febrero, como está previsto.
En los 80 años de historia del Oscar nunca ha fallado su entrega. Sí se retrasaron en tres ocasiones a la fecha en que estaban programados, aunque por causas ajenas a la industria: “En 1938, por culpa de las inundaciones en Los Angeles; en 1968, tras el asesinato de Martin Luther King Jr., y en 1981 por el intento de asesinato contra el entonces presidente Ronald Reagan”.
