El Banco de México estima que los precios podrían registrar como máximo un crecimiento promedio de seis por ciento en el cuarto trimestre.
La confianza del consumidor en México seguirá “deprimida” en los siguientes meses, en tanto no se confirme una baja de la inflación y los proyectos de infraestructura impulsen el nivel de empleos, estiman Ixe y Scotiabank.
Ixe Grupo Financiero expuso que la confianza del consumidor sigue mermada, al reportar 89.6 puntos en agosto, una baja de 17 por ciento anual, por lo que no hay mejora sustancial en la situación económica esperada ni en la disponibilidad por comprar bienes duraderos.
Así, “el consumo de bienes duraderos será débil en los próximos meses, y será determinante el efecto compensación que pueda tener la continuidad del crédito, así como el consumo en bienes no duraderos”.
Señala además que el crédito al consumo se ha desacelerado, aunque mantiene una tasa positiva de expansión, mientras que el ciclo de alzas de tasas de interés ha concluido.
Ello podría reanimar el crédito al consumo en beneficio del resto de la economía, ya que en años anteriores, este tipo de financiamiento se ha desacelerado y ha vuelto a repuntar, implicando un ciclo determinante para el resto de la economía.
La desaceleración del crédito al consumo ha sido mayor este año, debido a la conjunción de un menor crecimiento económico esperado y una mayor inflación. Para este año. Ixe pronostica que el consumo se expanda a un ritmo anual de 3.9 por ciento y en 2009 apenas arriba de 4.0 por ciento.
En cualquier caso, dichas tasas son menores a la de 2006, cuando el consumo creció 5.6 por ciento anual. Para Scotiabank, la confianza del consumidor podría permanecer deprimida por varios meses más hasta que no se confirme un descenso sostenido de la inflación.
Por ahora, refiere, el banco central estima que los precios podrían registrar como máximo un crecimiento promedio de 6.0 por ciento en el cuarto trimestre.
En ese sentido, considera que la inflación podría comenzar a ceder a partir de octubre para cerrar el año en 5.45 por ciento, ante una situación de menor crecimiento y la caída en los precios de los commodities.
