La madre que ocultó los cadáveres de tres de sus bebés en el congelador de su casa de Siegen (oeste de Alemania) fue condenada por doble homicidio, por omisión a cuatro años y tres meses de prisión.
El magistrado del Tribunal Provincial de Siegen alegó que la mujer de 44 años no quiso matar activamente a sus bebés y que la muerte del tercer neonato no pudo imputársele porque ya ha prescrito.
En los años 1986, 1988 y 2004, respectivamente, trajo bebés al mundo, sin que al parecer nadie de su entorno se percatara de los embarazos, para después dejarlos morir y esconder sus cadáveres en el congelador con el fin de "tenerlos cerca", como dijo en la apertura del proceso el pasado 11 de noviembre.
El tribunal supone que la primera niña murió ahogada en la ducha durante el parto, tal y como contó la imputada.
En 1988 volvió a parir sin conocimiento de su marido, y tras dar a luz de noche en el baño de su casa, tropezó y presionó a su recién nacida contra sí, "para protegerla".
El tribunal creyó la versión de la madre, que dijo haber ahogado al bebé sin proponérselo.
Hace cuatro años que la imputada -entre tanto madre de otros tres hijos de 24, 22 y 18 años respectivamente- volvió a quedarse embarazada; esta vez se desmayó durante el parto en la bañera, y en estado de embriaguez no se dio cuenta de la muerte del bebé.
La mujer, con serios problemas de alcoholismo, ocultó los cadáveres en el congelador de su casa, y ahí los encontró su hijo de 18 años el pasado mes de mayo.
Tras alertar del macabro descubrimiento a sus hermanos, otro muchacho de 22 años y una joven de 24, esperaron hasta el día siguiente a la llegada de sus padres, que disfrutaban de un fin de semana de descanso en la Selva Negra, al sur de Alemania.