El etanol es producido con granos básicos que actualmente se encuentran escasos y con altos precios.
La crisis alimentaria será un aspecto fundamental para evaluar la viabilidad del proyecto.
La primera producción de etanol en México se espera sea en el año 2010 en Guadalajara, anunció la titular de la Secretaría de Energía (Sener), Georgina Kessel Martínez.
Señaló que a partir de los resultados de la introducción de combustibles alternos en la ciudad de Guadalajara, se determinará si éstos se pueden incluir dentro de la oferta nacional.
De este proyecto dependerá la forma en que se haga la incorporación de los bioenergéticos, aclaró la funcionaria en su participación en el primer Congreso Internacional de Biocombustibles, que durante dos días se efectuará en la capital jalisciense.
En un contexto de crisis alimentaria mundial por el precio de granos básicos, consideró que un aspecto importante en la conformación de un programa piloto para esta primera producción radica en el posible impacto que los bioenergéticos tendrían en la producción de alimentos. “No tenemos duda alguna: en un entorno de altos precios de los granos básicos, se buscará no afectar los principales componentes alimenticios de la dieta de los mexicanos”, afirmó la secretaria de Energía. Por ello, enfatizó, la propuesta ha sido diseñada con estricto apego a los criterios de sustentabilidad, de tal manera que nos permita fortalecer nuestra seguridad energética sin arriesgar en ningún momento la seguridad alimentaria del país. Aclaró que Petróleos Mexicanos (Pemex) tendrá que hacer las inversiones necesarias para adecuar sus instalaciones y hacer el mezclado base de etanol con gasolinas.
A partir de la experiencia de este programa piloto se determinará la introducción eficiente de los bioenergéticos, con un criterio de sustentabilidad, anotó.
Kessel Martínez recordó que en febrero pasado entró en vigor la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos, mediante la cual se crean las bases que darán certeza a las inversiones que se realicen en la materia, Además, añadió, se genera un marco jurídico que establece las facultades del Estado para orientar sus vertientes y coordinar las actividades que impulsen el potencial de México en esta área.
Entre otros aspectos, en dicha Ley se destaca la necesidad de contar con programas que definan instrumentos, acciones, procedimientos y reglas para impulsar el desarrollo sustentable de la producción y comercialización de los bioenergéticos, mencionó.
Así, presentó el primer documento de trabajo que servirá para conformar el Programa de Introducción de Bioenergéticos en México, el cual se basa en cinco líneas estratégicas orientadas a desarrollar un sector que integre las actividades agrícolas y agropecuarias con las energéticas. Refirió que en dicha propuesta se incluye la participación activa de actores del sector público y privado con el fin de contribuir a diversificar las fuentes de energía en el país. Con el desarrollo del sector de bioenergéticos, agregó la funcionaria, en México se busca que el sector rural se involucre activamente en la producción de cultivos energéticos para elaborar biocombustibles, integrándolo a la economía nacional con la consecuente generación de empleos y elevación de la calidad de vida en esas zonas.
Alimentos Vs biocombustibles
La creciente alza en los precios de los alimentos, adjudicada en parte al uso de granos para producir etanol, ha generado en Estados Unidos un debate sobre la viabilidad del uso de los biocombustibles. Hasta hace unos meses, el etanol era visto como parte de la solución al calentamiento global y a la independencia energética de este país.
El Congreso aprobó en 2007 que se duplicara la producción de etanol en base a maíz dentro del Programa de Estándares de Combustibles Renovables (RFS, por sus siglas en inglés).
El programa, aprobado en 2005, pretende obligar a que Estados Unidos utilice para 2012 unos 12 mil millones de galones (unos 45 mil millones de litros) de etanol para ser mezclado en las gasolinas.
La industria del etanol espera producir unos ocho mil 500 millones de galones (unos 32 mil 215 millones de litros) este año, casi todo en base a maíz.
Sin embargo, ahora las crecientes alzas en los precios de los alimentos y la crisis generada por ello en diversos países del mundo, están provocando que se cuestione la estrategia de usar productos agrícolas para producir etanol.
La demanda de maíz ha provocado un aumento del 138 por ciento en el precio del grano durante los últimos tres años y, en lo general, el costo de los alimentos ha aumentado en 83 por ciento durante el mismo periodo.
